Se
aproxima Halloween y Netflix está ahí para recordarnos, una vez más, su llegada
a través de un tropel de películas que están invadiendo la parrilla de la
plataforma. Directa al número 2 durante esta penúltima semana de octubre, se ha
colado esta nueva versión de “Las Brujas”, ya hubo una versión en los noventa,
basada en el libro de Roald Dahl, autor que ha recibido de lo lindo en los
últimos tiempos, siendo criticado por ciertos sectores por el trato que da a
algunos personajes en sus libros, y que yo, por supuesto, no comparto y a los
que no cambiaría ni una coma. Por cierto, a ver cuando una editorial española
se atreve con la traducción de “Los Gremlins”, que vamos con 60-70 años de
retraso…
En
esta ocasión, de entrada, llama la atención que Robert Zemeckis, esté como
director y guionista, aunque esta cinta de una hora y cuarenta minutos, a los
que le sobran treinta minutos perfectamente, no vaya a estar entre sus mejores
trabajos cinematográficos. También se cuela el nombre de Guillermo del Toro, por
cierto, en el guion.
Entre
el elenco, una Anne Hathaway, que, sin hacerlo mal, parece estar hasta arriba
de Fanta naranja, algo histriónica para mi gusto, y en un papel que no sé si le
acaba de pegar al 100%, y una Octavia Spencer en el que parece ser el papel de
su vida como abuela curandera que habla con ratones.
En la
narrativa: Estamos a finales de 1967, y los padres de ¿Bruno? (en realidad, no me he quedado con el nombre) se matan en un
accidente de tráfico. Hay que llevar siempre el cinturón, no lo olvidéis. El
chaval entonces se va a vivir con su abuela a un pueblo de Alabama, que escucha
buena música y tiene fama de curandera, aparte de una tos característica de los
que se fuman un paquete de Ducados al día.
¿Bruno? y su abuela tienen un encuentro con una bruja en el ultramarinos de la esquina,
y la abuela, que ya ha tenido experiencias con ellas, decide poner tierra de
por medio, yéndose a un hotel donde coincide con lo más selecto de las brujas mundiales,
glamurosas, pero tan malvadísimas que le echan dos sobres de azúcar al café.
En el
hotel, la abuela no podrá evitar que Bruno sea transformado en ratón, pero
aliado con su propia ratona mascota y otro chaval transformado, que recuerda
mucho al alemán de “Charlie y la fábrica de chocolate”, harán todo lo posible
por acabar con los diabólicos planes de la Gran Bruja (Anne Hathaway), aunque
no podrán volver a recuperar su forma humana…
A
ratos entretenida, a ratos muy larga, la película abusa bastante de un CGI, de
un ordenador que ofrece un producto aceptable, pero sin tirar cohetes, siendo
ideal para los más pequeños de la casa, aunque con un final, fiel al libro, que
tal vez algunos no compartan en ese mundo de eternos finales felices que nos
llevan años metiendo hasta en la sopa…
Echadle
un vistazo y ya me diréis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario