“La
Conferencia” (Netflix, 2023) es una película sueca, que, como antecedente al
Halloween que se nos viene, se nos presenta como típica y tópica película de
terror, del género slasher, que es aquel en la que un “achechino” en serie,
disfrazado, o como mínimo con la cara tapada por una máscara, se especializa en
grandes grupos a los que se va cargando individualmente, consiguiendo muertes
muy artísticas y originales, utilizando cuchillos, hachas, hoces y un sinfín de
artilugios que el tipo usa aleatoriamente, siendo normalmente la protagonista
una chica joven, guapa, sensata, con los pies en el suelo y que sobresale por
encima de su grupo.
En
este caso, en la narrativa, tenemos a un grupo de funcionarios de cierto
ayuntamiento sueco, que quedan en una especie de Campamento Krusty, para
acercar posturas, conocerse y crear vínculos. Lo de la conferencia, sobra
completamente, pues. El grupo, heterogéneo, está formado por jóvenes
ambiciosos, viejunos raros y tipos inclasificables, todo con mucha
representatividad de edad, multiculturalidad y todo lo demás.
Pronto,
nos enteramos que se ha producido cierto caso de corrupción inmobiliaria para
hacer una urbanización idílica e ideal con Ikea como buque insignia (como no
podía ser de otra manera siendo suecos), que trajo como consecuencia el
suicidio de un granjero local, a la par que un misterioso personaje, con un
disfraz de carbonario, o más bien con la máscara, se dedica a matar al grupo
sin mediar palabra, creando, como os podéis imaginar, el caos entre los funcionarios
que intentan huir como sea del “achechino”.
Basada en un libro que no me he leído, y no creo que llegue a leerlo (sinceramente), “La Conferencia” se presenta como una película más del género, a la cual le sobra entre 15-20 minutos de metraje de un total de una hora y media. Personajes anodinos, poco creíbles, poco susto, pero bien estructurada, es la típica cinta para ver y olvidar, y aun así ha logrado entretenerme. Le doy entre un 4,5 y un 5, como mucho, sin llegar a tirar cohetes. Echadle un vistazo, y ya me contaréis.
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