Boquiabierto
me he quedado, tras leer este “Magalhães. Até ao Fim do Mundo” (Gradiva, 2018),
cómic francés, con asesoramiento portugués, que corre a cargo de Christian Clot
(guion) y dibujo de Bastien Orenge y Thomas Verguet.
Y
es que el anti-españolismo del tomo es brutal, tanto como para llegar a afirmar
cosas que ni en mis más delirantes sueños me atrevería.
La
historia de Magallanes y la expedición para llegar a las Molucas a través de un
paso occidental, que conectara los océanos Atlántico y Pacifico es conocida. A
Magallanes lo rechaza su propio rey (Don Manuel I, que no reconocía sus hechos),
y es Carlos I de España quien financia su proyecto con cinco naves y 239
hombres. Magallanes, por cierto, se naturaliza español en 1518, poco antes de
comenzar su aventura, por si alguien no lo sabe, y parece ser que los asesores
del cómic lo desconocen, o no lo quieren reconocer.
Si Magallanes se naturalizó castellano en 1518, poco antes de partir, ¿Diría Vosso o Nosso? El cómic es una sarta de ideas y afirmaciones delirantes.
Desde
la partida hasta los motines del puerto de San Julián, no he leído nada raro…
Pero, aquí nos encontramos a un Elcano haciendo de verdugo, por orden del propio
Magallanes, a cambio del perdón por haber participado en los motines. Lo cual
crea un recelo en Elcano hacia Magallanes. Delirante.
Aquí somos testigos de cómo un traidor y asesino como Elcano, se quita de encima a Magallanes, que ya había predicho su muerte a manos de los malvadísimos españoles... Un sinsentido
Este
recelo será el que lo lleva a asesinar a traición, por la espalda a Magallanes,
en la trifulca que mantienen con indígenas en la Batalla de Mactán, y es que el
cómic da por hecho que Elcano, aparte de traidor, fue el asesino de Magallanes.
Incluso que se quería que Magallanes fracasara en su misión, por ser portugués,
lo cual es absurdo, ya que era español “de facto” desde 1518 como he comentado
anteriormente, y no se manda una expedición de cinco naves a... ¿Fracasar
adrede?
Igualmente,
se da a entender que el cronista de la expedición, Antonio Lombardo “Pigafetta”,
no solo sabía de esta traición, sino que la denunció con pruebas escritas (tras
su regreso), y con el propio testimonio de Magallanes a su persona, y que fue
silenciado y dichas pruebas condenadas a la hoguera y al olvido, hasta que
personajes como Francis Drake (¿En serio, amigos portugueses?) recuperaron su
memoria.
En
fin, el cómic es para pillarlo con pinzas. Franceses y portugueses, unidos en armonía
y en viñetas, para echar por tierra una historia en la que no se habla en
ningún momento de todos los intentos lusos para acabar con la expedición y los
ataques y persecuciones a las naves españolas… Es una pena que se prostituya a
la historia, y a la verdad, de esta manera.
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