De Lorca, y sobre Lorca, el
universal poeta granadino, se ha escrito ríos de tinta. Aquí no hemos sido
menos, y hace ya un tiempo comentamos algunos cómics relacionados con el autor
fusilado al comienzo de Guerra Civil: “Lorca.
Un poeta en Nueva York” de Carles Esquembre y “Vida
y muerte de Federico García Lorca” De Ian Gibson y Quique Palomo.
Ahora, hemos tenido el placer
de leer otro cómic, o novela gráfica, relacionada con Lorca y otra parte de su
vida, “Residencia de estudiantes” (Bruguera, 2019) de Susanna Martín Segarra
(guion y dibujo), que ha salido a la venta hace relativamente poco tiempo, y
que discurre por esa etapa de la vida de Lorca donde se desarrolló como poeta,
dramaturgo y mal estudiante, conociendo a las personas que lo marcaron y que le
acompañaron a lo largo de su vida, a veces de la mano, a veces con roces y
desavenencias: Emilio Prados, Salvador Dalí, Buñuel, Luis Cernuda, Maruja
Mallo. Margarita Manso…
No en vano, el cómic comienza
de una manera curiosa, con una serie de viñetas donde dichas personas le
dedican una frase, menos Buñuel, que se expresa en dos. El cómic está dividido
en diversas partes relacionadas con la estancia de diez años (1918-1928) pasa
en la Residencia de estudiantes de Madrid, y se hace eco, igualmente, de la
existencia de la Residencia de señoritas, no tan conocida e igualmente
interesante en su labor (y no falta de anécdotas).
Cada parte, comienza con una
frase o un extracto de un poema lorquiano, que nos da pie al capítulo. Es un
cómic sencillo en el trazo, pero muy expresivo y colorido, salvo las caras de
los personajes que se nos presentan, que suelen ser (no siempre) en blanco.
Cada capítulo, igualmente, está dedicado a algo concreto: El tren, la vida, la
muerte, la cama, agua amarga… Hasta un total de 16 y un epílogo sobre lo que
sucedió con la Residencia durante y después de la Guerra Civil.
Solo por la manera de narra de
Susanna Martí, por las anécdotas que cuenta, como las cuenta (amores, desdichas,
amistades y borracheras, fracasos y éxitos…) y por la magia que le inculca al
cómic, ya es para mí una obra imprescindible, increíble. Lo he disfrutado
mucho, tanto es así, que muchos de sus capítulos los he releído varias veces.
Me ha parecido un homenaje muy necesario, preciso y ciertamente didáctico.
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