Esta mañana, he comenzado el
año, leyéndome una mini-serie manga de dos números, titulada “La leyenda de
Himiko” (Norma, 2002) de Oh! Great (seudónimo de un mangaka japonés) y Kou
Maisaka.
Los dos tomitos se leen en
diez minutos, y tiene una historia muy sencilla. Una pareja de jóvenes japoneses,
normales y corrientes, descubren en 1998 (el cómic se publicó en Japón en 1999),
que tienen cierta vinculación con un espejo medieval, quebrado, que encontró el
chico, Kutani, al oír una voz en su interior. Jimiko, su compañera de clase,
está enamorada de él.
Pronto descubren, que, ambos,
son contenedores de unos espíritus defensores, desde el medievo japonés, que
aparecen cada vez que los demonios intentan huir del infierno. Y, al parecer,
va tocando, ya que uno de ellos ha conseguido huir por una pequeña abertura, y
Kutani y Jimiko, junto a otras deidades, deberán sellar a los demonios, a base
de hostias y espadazos, y mostrando alguna que otra teta, ya sea dicho de paso,
sin venir mucho a cuento…
Entretenido. Ligero de leer.
No es para tirar cohetes, pero no deja de ser interesante.
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