Hace tiempo perdí la cuenta de
cómics raros que he leído en mi vida, bajo la etiqueta de underground, y que me
han vendido como auténticas obras maestras que hay que adorar, admirar y dar
difusión a toda costa, porque su autor ha querido expresar no sé muy bien qué,
y es básicamente una crítica a nuestra actual sociedad deprimente, o al menos,
sino es la nuestra, si es la estadounidense.
Con “Grip. El extraño mundo de
los hombres” (Norma, 2004) de Gilbert “Beto” Hernández, me ha ocurrido
precisamente eso. Llevaba algún tiempo leyendo maravillas del cómic y del
autor, y cuando me he hecho con él (el cómic va camino de los diecisiete añitos
publicado en España), me encuentro con un ejemplar bastante raro de entender, dividido en cinco pequeños ejemplares, que supera al surrealismo y destroza la narrativa convencional por los cuatro
costados. Pero, ¿Eso es requetebueno, no? Pues no (en mi opinión).
La cuestión es que te pones a
leer, y no sabes si estás en un sueño, una distopia con personajes cabezones,
cuerpos contrahechos y mujeres de enormes pechos, donde la gente se quita la
piel, se la intercambia, crea sectas, siguen a Mesías perdidos en sus propios
mundos y tramas, y se matan por puro aburrimiento, cuando no les da por resucitar. El color, es destacable, casi fauvista.
Es un cómic extraño, que tuvo,
quizás, su interés en el mercado hace veinte años, pero no es para un público
general, y es posible que hoy algunos lo consideren de culto. No sé, gente rara
siempre te vas a encontrar (que te digan que algo es "sublime" cuando no acaba de serlo), y creo que dentro del cómic underground hay cosas
más interesantes.
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