“Seis en la sombra” (2019) es una
ida de pinza, ideada por Michael Bay, en la que solo falta que salgan los
Transformers, y que no ha salido ni en salas de cine, sino directamente a la
plataforma Netflix. El comienzo de la película, son veinte minutos de
trepidante persecución por Florencia, que no tiene nada que envidiar al mítico
juego “Carmageddon” (1997) en el que coches metidos en una carrera de locos,
atropellaban a peatones por la ciudad, mientras eran perseguidos por la
policía.
Aquí tenemos a un
multimillonario (Ryan Reynolds, el mismísimo Deadpool), que monta un equipo de
seis personas, con diferentes habilidades. Un auténtico equipo de élite con el
cual se dedican a eliminar a dictadores repartidos por el mundo (y, que
curiosamente, han puesto ahí, en muchos casos, los propios americanos). Para el
mundo, están muertos, no existen, y ellos se conocen a través de números (del 1
en adelante).
Cochazos, mujeres espectaculares,
parkour, planos de anuncio de colonia, armas sofisticadas, gore por un tubo, sexo
esporádico, ralentizaciones de la acción, diálogos prepotentes, incongruentes y
sin sentido, música electrónica, mucho cachondeo barato y pedante de chulo de
barrio, cine espectáculo con efectos especiales de la leche, y mucha
americanada (ellos son siempre muy buenos, algo típico del cine de Bay),
resumen, perfectamente, la película. Mucha ida de pinza, como os decía al
principio. Es la típica película que veo cuando no quiero pensar en nada
durante dos horas (y a esta le sobra media hora larga), y que, seguramente,
olvidaré casi enseguida…
P.D: Hay un guiño (muy bueno
en mi opinión) a Transformers, cuando uno de los protagonistas llama “Ratchet”
a un enfermero… Como en la película de los extraterrestres robóticos.
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