Enzo es el típico músico
de orquestas. Un día, al volver del trabajo, se mete en la cama, y, al
despertar, se encuentra en el pasillo de su casa a un amigo de toda la vida, un
músico de orquesta (Pibulli) del que no sabía nada hacía diez años. De la
alegría inicial, pronto pasa al desconcierto, al descubrir que, en realidad,
tanto él como Pibulli están muertos. Con la diferencia de que Pibulli murió
hace diez años en Japón, a causa de un tifón, con toda la orquesta.
Pibulli le recomienda la
pronta partida al más allá, donde hay una burocracia del copón (que es como yo
me lo imagino, igualmente), pero él quiere quedarse, y descubre cosas, como
muerto, que no conocía de vivo, lo que le desconcierta mucho más, ya que
descubre que no era tan querido, y oscuros secretos de la familia…
“Justo en lo mejor de mi
vida” (2015) es una película argentina de bajo presupuesto, eso me pareció,
pero se defiende bien en la comedia y en el drama. Los dos interpretes
principales son los más interesantes y trabajados, me entretuvo la casi hora y
media que dura. Y, por cierto, yo firmaba, donde fuera, una muerte como la que
sufre Enzo… Sin dudarlo. Como dicen en Portugal… “A vontade”
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