Vivimos una etapa
fascinante, en cuanto a arqueología, y arqueología submarina se refiere. Todos
los días, no es raro ver y leer en la prensa, algún descubrimiento, en algún
lugar del mundo de cierta magnitud. De hecho, yo llevo meses maravillado con la
historia del Galeón San José, hundido en 1708 cerca de las costas de Cartagena
de Indias (Colombia) por corsarios ingleses, con seiscientos marineros a bordo
y un tesoro con un valor incalculable.
España
ha renunciado a los restos del Galeón (hace poco más de un mes, abril 2019),
a pesar de ser un buque de guerra español, con pabellón español, y tumba de
esos marineros. Y sus restos, y despojos se repartirán entre la empresa
norteamericana que encontró el pecio, y el gobierno colombiano al 50%, lo cual
viene a explicar la catadura moral que hay en España, y que te hace pensar que
hubiera pasado si el pecio hubiera sido inglés… ¿Hubiera renunciado el gobierno
británico tan alegremente a un barco hundido de su nacionalidad y ver como se
lo reparten en un juzgado colombiano? No lo creo.
El caso del Galeón San
José, no es, afortunadamente, el caso de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes
(hundida en 1804), donde viajaban trescientas personas, con mujeres y niños, y
que fue hundida en tiempos de paz, ya que no estábamos en guerra con Inglaterra.
Y que es el hecho, en que se basa el fantástico cómic que protagoniza esta
entrada de hoy: “El tesoro del Cisne Negro” (2018) del siempre genial Paco Roca
(autor de, entre otras obras: Las
calles de arena, El
invierno del dibujante, La
casa, Andanzas
de un hombre en pijama…), y del diplomático Guillermo Corral, mezclando
hechos reales con ficticios, en una trama por ver quién se queda su tesoro,
descubierto por una empresa privada estadounidense de cazadores de naufragios,
si el malvadisimo Gobierno español (debemos seguir con la Leyenda Negra, que no pare, que para eso la alimentamos, en
parte, desde la propia España), o la empresa que ha descubierto el barco
hundido.
El cómic me ha gustado
mucho, me ha parecido una maravilla, porque me ha recordado a los cómics de Tintín.
Tiene mucho de aventura, de relaciones internacionales y tramas policiacas, algo
de humor, de amor, Historia… Y es fácil engancharte a narrativas como esta.
También es cierto que yo me considero un admirador de todo lo que hace, y
firma, el valenciano Paco Roca (leo y compro casi todo lo que publica), pero dejando
aparte mis loas al autor… De verdad, estamos ante un cómic de esos que te
dejan, siempre, un buen regusto, y de los que es un placer encontrárselo en
librerías. Astiberri es una de esas editoriales que no defraudan, está claro.
Espero que lo disfrutéis como yo. Ya me contaréis.
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