Ya es casualidad que hace muy poco tiempo, en el
último vídeo que preparé para despedir el 2023, revelara que “Las que no
importan” fuera mi primera experiencia con el cine taiwanés, y que haya sido
otra película de Taiwán, con la que he recibido el nuevo año.
En esta ocasión, ha sido la comedia “Miss Shampoo”,
que de comedia tiene poco, y de teatro barato y champú de huevo, mucho.
Ignoro si en Netflix España ahora les va a dar por
apostar por el cine taiwanés, igual que ya hicieron con las películas polacas,
alemanas y turcas que invadieron nuestras parrillas durante el 2023, pero de
ser así, habrá que ir rezándole a todos los santos conocidos, por la que nos
pueda caer.
En la narrativa tenemos a una aprendiz de
peluquería, Fen, que es una especie de Cindy Lauper de su barrio, y cuya
peluquería está ubicada en un callejón random, cuyo milagro ya es que entre
alguien por allí. Una noche normal y tormentosa, Fen estaba haciendo lo típico,
practicar cortes de pelo con un busto masculino, mientras habla con amigos
invisibles y ve un partido de beisbol en el móvil, que para eso es su deporte
favorito y ella anda enamorada de cierto jugador.
En un callejón cercano, una banda de mafiosos cose
a navajazos a los miembros de otra banda rival. Tai, uno de los mafiosos
afectados por la lluvia de cuchilladas, se refugia en la peluquería de Fen, y a
pesar de que los miembros de la banda rival, con su jefe a la cabeza, revisan
los diez metros y medio de local, y Tai chorrea más sangre que agua lleva el
Guadiana, no encuentran al tipo, e incomprensiblemente se van, dejando a Fen la
papeleta de tener un mafioso acuchillado allí tirado.
Desde ese momento, Tai, que se queda prendado de
Fen, vuelve continuamente a la peluquería, llevándose a sus esbirros también,
agasajando a la chica, y haciéndole gasto continuamente, ya que cambia de
estilo cada tres días, igual que los esbirros, y los pobres desgraciados a los
que obligan a ir a aquel callejón meadero de gatos que ellos llaman peluquería.
Entre los dos, media un abismo social, pero poco a
poco parecen ir acercándose, hasta llegar a enamorarse, algo que les llega a
costar la vida, ya que tienen diferentes puntos de vista para enfocar la vida,
hechos y milagros que se suceden a lo largo de la cinta.
Y es que durante una hora tenemos toda una ristra
de situaciones, aparentemente graciosas, con las compañeras de trabajo de Fen,
familiares, mafiosos y todo lo que se mueve, que a mi me han hecho bostezar
lastimeramente con tanta sobreactuación y uso de clichés de todo tipo.
Finalmente, hace aparición el mafioso rival en la
vida de Tai, y lejos de arreglar en algo la narrativa, es cuando te haces la
tila para intentar sobrellevar la media hora final de este tostonazo épico.
Con dos horas de duración, a la que le sobra, como
mínimo y me quedo corto, su medias hora de rigor, “Miss Shampoo” parte de una
premisa que podría funcionar en otras manos, con otro planteamiento, pero la
teatralidad y la sobreactuación de sus actores, que hacen de patéticos
mafiosos, y la propia música que cobra demasiado protagonismo, y cuya
presencialidad es igualmente excesiva, termina por hundir una trama
prescindible, al menos que estés muy aburrido o hayas abusado de algunos
psico-fármacos prohibidos en España.
El doblaje es hispano-americano, pero yo no tengo
nada en contra en lo referente a esta cuestión, Dios me libre, ya me conocéis.
Para finalizar os diré que hay unas escenas finales, mientras salen los
créditos, que en tres o cuatro minutos intentan rematar algunas subtramas
sueltas que el espectador podría llegar a plantearse sino fuera porque el
desprendimiento de retina lo tiene pensando en otras cosas más importantes… Yo,
que hoy me siento benevolente, le doy un 3 y la dejo a vuestra entera disposición.
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