No
sé si llevado (Spoilers para parar un tren) por
la nostalgia de la primera película de “Space Jam” (1996) que me pilló en la
carrera, y que disfruté como un enano, o por el bombo y platillo que le han
dado por las diversas polémicas que ha levantado… Después de un mes y medio de
su estreno, me he decidido ver “Space Jam: A New Legacy” (2021).
¿Qué
polémicas? Pues en los medios oí decir que habían borrado a un personaje, Pepe
Le Pew, de un plumazo, por la personalidad que arrastra la mofeta desde hace
años, en plan acosador de una gatita (Penélope) que siempre huye de él… La voz
utilizada para el doblaje del personaje de Lola… Y alguna cosa más que ahora no
sabría decir… Lo curioso es que en la cinta he visto desde “Rick y Morty”, el mismísimo
“Pennywise” o hasta los chicos de “La Naranja Mecánica” y a “King Kong” que,
por cierto, también persigue y secuestra mujeres, por citar de cabeza, y ahí
estaban… Que me parecen igual de inquietantes que la mofeta de acento francés,
o incluso, en algunos casos, mucho más. Ojo, no es criticar, es referir.
El
caso, me he atrevido a verla. Y bueno, es entretenida, pero no me aporta nada
nuevo, relevante, y no tiene la frescura que tuvo la primera con Jordan. No me
ha convencido LeBron como actor, ni la trama, y ni siquiera los propios Tunes,
que pasan sin pena ni gloria, y hay uno peludo en forma de corazón, que juraría
no haber visto en mi vida.
En
la narrativa, tenemos a un LeBron James, feliz padre de familia de tres
hermosos hijos (dos nenes y una nena). Intenta a enseñar a sus dos hijos
varones a jugar y a apreciar el baloncesto, pero uno de los dos, el más
pequeño, está más centrado en ser creador de videojuegos, lo cual le lleva a
una rivalidad absurda con el padre que posteriormente va a ser usada en la
película. A la nena ni caso, por cierto (aquí tenéis material para hacer una
fogata).
El
tema es que “Máquina de Guerra”, Don Cheadle, es un algoritmo que trabaja en
los ordenatas de la Wagner, y tras ser rechazado en sus proyectos, por el
propio LeBron, siente un resentimiento brutal y secuestra al jugador de
baloncesto, e hijo, para mandarlo al mundo de los Tunes, y de paso, poco
original, desafiarlos a un partido de baloncesto entre LeBron (que será muy
bueno en la cancha, pero con la cámara no hay feeling ni a la de tres) y los
Tunes, contra unos diseños modificados creados por el James Jr. copiados de
jugadores y jugadoras reales, y coleguitas del propio LeBron (estrellas de la
WNBA-NBA).
La
película está llena de guiños a marcas publicitarias, y a la propia Wagner,
palabra que se dice 87 veces en la cinta (que yo haya contado). Los guiños van
desde recortes modificados de películas, hasta la aparición de personajes de DC
Comics, Los Autos Locos, Juego de Tronos, Harry Potter (léase “Jarry Porreta”),
Scooby Doo, o un Jordan… Los cuales son de agradecer, aunque los hay que apenas
se aprecian milésimas de segundos en pantalla.
En
definitiva: La película no es que tenga mucho sentido en cuanto a la trama,
está hecha para poder disfrutar de los efectos especiales, que son una
auténtica pasada, y poco más, con un metraje excesivo (por variar) y que es
fácilmente olvidable. La dejo a vuestra entera elección.
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