Cuando hace seis años me leí “Yo, Asesino” (Norma, 2014) de Antonio Altarriba (guion) y Keko (dibujo), me quedé alucinado de poder disfrutar de una historia, relacionada con la Historia del Arte, tan buena, y llegué a leérmelo varias veces a lo largo del año.
Posteriormente, disfruté “El perdón y la furia” (Museo Nacional del Prado, 2017), que era una especie de spin-off, ya que en una de sus viñetas aparecía el protagonista de la primera obra que sería la conocida “Trilogía egoísta”, y no parecía el tema muy descaminado a lo que ya había leído, entusiasmándome mucho esta idea.
Con “Yo, Loco” (Norma, 2018) quedó claro que las dos historias estaban muy bien entrelazadas, y la narrativa las vinculaba estrechamente. Las viñetas estaban en blanco y negro, y nos mostraban una sociedad enferma hasta las raíces, pero la presencia del rojo sangre en “Yo Asesino” dejaba paso al amarillo de la locura en este tomo.
Con la llegada de “Yo, Mentiroso” (Norma, 2020) no solamente han cerrado el circulo espléndidamente Altarriba y Keko, sino que además lo han hecho casi sin recurrir a la fantasía, ya que la narrativa se parece muchísimo, casualmente, a los acontecimientos políticos vividos en este país en los últimos cinco años. Con el mismo estilo que en los cómics anteriores, el verde es protagonista, la mentira de los políticos y de las clases sociales altas que hacen cualquier cosa para mantenerse en el poder: Matar, traicionar, pero sobre todas las cosas mentir. Mentir como forma de vida. Mentir para sobrevivir, mentir como respirar.
Las cabezas de tres políticos aparecen en recipientes de vidrio perfectamente envasadas en el País Vasco. Mientras acompañamos al asesor político del Gobierno, Adrián Cuadrado, que hace auténticas virguerías (mintiendo) en el tejido político para sobrevivir, el asesino sigue a lo suyo. La vida de Adrián se derrumba. El Gobierno está infectado hasta la médula de tramas de corrupción. Domina el más fuerte, hay traiciones continuas y una serie de personajes mueven los hilos del país mientras ven el fútbol desde reservados de grandes estadios.
“Yo, Mentiroso” asegura en su
primera página que cualquier parecido con la realidad política española (2016-2019)
es insidiosa coincidencia. Al lector le parecerá, viendo lo que aparece a
diario en diversos medios, que el cómic hasta se queda corto. Todos mienten. A
diario. Y la única verdad mientras escribo estas líneas, es que la “Trilogía
egoísta” es brutal, es requetebuena, y es imprescindible. Simplemente,
necesaria su lectura.
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