En una entrada anterior,
“El
perdón y la Furia” (2017) de Antonio Altarriba y Keko, os comentaba, que,
junto al cómic, me había comprado “Yo, loco” (Norma Editorial, 2018) de los
mismos autores, y, en teoría, segundo volumen de la ”Trilogía egoísta”, que
acabará con la próxima publicación de “Yo, mentiroso”. Lo de “en teoría” lo
comentaba porque “El perdón y la Furia” se cuela por ahí, como un spin-off de
la trilogía, entre los dos primeros volúmenes.
En “Yo, loco”, tenemos a
Ángel Molinos, un dramaturgo fallido, metido a Doctor en Psicología, que sufrió
abusos sexuales por parte de su padre siendo un crío, causándole una aversión
total a cualquier tipo de relación. Trabaja en Otrament, un observatorio de
trastornos mentales, que pertenece a la farmacéutica Pfizin, conocida por usar
a humanos en sus experimentos y en inventar enfermedades, y los medicamentos
para las mismas, para seguir vendiendo. Ángel no está pasando un buen momento,
ya que tiene pesadillas que posteriormente describe en un diario, sus padres se
han quedado en la calle, y un compañero de trabajo le ha confesado que va a
denunciar a la empresa por las malas prácticas que allí se desarrollan, para
poco después, desaparecer.
La relación con “Yo,
asesino” es palpable, las dos historias están entrelazadas, y en esta vemos que
la narrativa mete unos giros y hace unas volteretas tan inquietantes, como
inesperadas, dejando al lector maravillado, ya que no tiene nada que envidiar
el cómic a las mejores novelas negras policiacas. La evolución del personaje es
magistral. Los hechos y circunstancias que le rodean, los tejemanejes de las farmacéuticas,
todo… Está tan bien narrado que te quedas con ganas de saber cómo acaba la
trilogía. El mal casi se puede tocar, junto a la locura. Ahora esperaremos a “Yo,
mentiroso”. Grandes, magníficos, Altarriba y Keko.
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