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viernes, 19 de junio de 2020

Paracuellos (Penguin Random House, 2007) Carlos Giménez



        Leer, hace relativamente poco tiempo, “Todo 36-39: Malos Tiempos” de Giménez (1941), me ha llevado inexorablemente, a recordar algunas de las viñetas de “Paracuellos”. “Paracuellos” (Penguin Random House, 2007) es, para mí, la continuación de aquellas historias de la Guerra Civil. No sé si Giménez había pensado, como yo, esa línea cronológica, porque sus tiras sobre “Paracuellos” comenzaron en los setenta y acabaron en 2002, después de seis volúmenes, donde la evolución de las historias y del dibujo se ha notado, lógicamente.

        En “Paracuellos” tenemos las vivencias y recuerdos del propio autor, y de muchos de sus compañeros, de lo que fueron sus años en los hogares franquistas de Auxilio Social, que tenían a su cargo a muchos niños, unos huérfanos de la guerra, otros recogidos porque sus familias no podían mantenerlos.

        El hambre, las privaciones, las palizas, la doctrina falangista y la religión están muy presente en estos recuerdos de “Paracuellos”, donde los niños, picaros y avispados, intentan sobrevivir, cada uno a su manera, imaginando que una madre, un padre, o un familiar, los saca de aquellas paredes para ofrecerles algo mejor, aunque ese hecho nunca sucede… Al contrario, de vez en cuando llega algún niño nuevo.

        El propio personaje de Giménez aparece como un nene al que le gustan los tebeos y que sueña con ser dibujante de cómics. Además, hay otros como “Hormiga”, “Cagapoco”, “Peribáñez” y su hermano “Bombero”, que llegan a hacer las delicias del lector, a pesar de las calamidades que sufren los niños.

        La inmensa mayoría de las historias están acotadas entre 1947-1953, aunque hay otras que son atemporales. El dibujo, sencillo, se enmarca de siete a diez viñetas por página, usando muchas veces el silencio para remarcar una escena, y comenzando y/o acabando las historias con la puerta del edificio del Auxilio Social.

        Es un cómic integral de seiscientas páginas, pero ciertamente se lee con interés y avidez, y llegas a cogerle cariño a estos personajes que nunca logras ver fuera del hogar, persiguiendo sus sueños y logrando otras vidas. Posteriormente, Giménez publicó dos tomos extras de esta serie de “Paracuellos” (7 y 8), pero no los tengo, y no los he leído. Este volumen, desde luego, lo recomiendo.

        P.D: Otras entradas dedicadas a Giménez en el blog, son “Delta 99” y “España: Una, Grande y Libre”.

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