“The old man and the gun”
(2018) pretende ser el adiós definitivo de Robert Redford del cine. Yo espero,
sinceramente, que no sea así. Forrest Tucker era un viejuno cuando lo
detuvieron, pero llevaba desde los quince años haciendo de las suyas. Se fugó de la cárcel hasta en 18 ocasiones, y en otras 12 lo pillaron.
Atracaba bancos con una
pistola de atrezo, cuando no la simulaba con dos de sus dedos, y vestía como
un dandy, impecable, con trajes y zapatos impolutos, y siempre con una amable sonrisa
en la cara. Y, en este biopic del personaje, Redford está que se sale como jefe
de una banda de viejales, dedicados a atracar bancos sin dar un solo tiro.
La ambientación (setentera),
la música (un buen jazz), la narrativa… Lo tiene todo para engancharte y
quedarte la hora y media pegado a la pantalla. La película no merece más comentario, porque prefiero que la veáis. No en vano, Forrest Tucker, fue, desde
luego, todo un personaje. Si realmente Redford se retira, con esta cinta, creo
que pone un buen broche a una carrera cinematográfica envidiable.
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