De Alfonso Zapico hemos
hablado por aquí, poco a mi parecer, cuando os hacía referencia a su cómic “El
otro mar” (Astiberri, 2013). De Zapico, tengo mucho comprado, pero casi
nada leído hasta la fecha. Error mío, que espero ir subsanando a lo largo de
este presente año. Y, es que, leer a Alfonso Zapico, es directamente una
maravilla.
Zapico tiene un estilo
peculiar. Muy característico, que a mi me recuerda, a través de sus personajes,
a Tardi y a Hergé. En “La balada del norte” (Tomo 1, Astiberri, 2015), sus
personajes, perfectamente definidos, enganchan con el lector desde el primer
minuto. Sin aditivos. En un blanco y negro, con todas sus tonalidades de grises
(y beiges), riguroso. Y, para colmo, con una historia, la de Tristán e Isolina
(¿Tristán e Isolda?) en una Asturias previa a la Revolución del 34, bajo la sombra
del bienio cedista.
Zapico es un puñetero
genio. Lo demuestra en este volumen que he devorado, con avidez, y que me ha
dejado con un regusto tremendo. A saber, a conocer, a no olvidar unos hechos
históricos, hitos dentro de la Historia de España del S. XX. Con un ritmo
endemoniado, y un sabio uso de los silencios, que tantas y tantas veces se
obvian en los cómics. Dice mucho, con muy poco.
La vida de los dueños de
las minas, los empresarios, los mineros ahogados en vida, las diferencias
sociales, los partidos políticos y el peligro de ser periodista en la Segunda
República… Todo está magistralmente dibujado, ejemplificado y explicado por
Alfonso Zapico.
Se trata de un cómic, y de
un autor, y añadiría también… De una editorial, Astiberri, imprescindibles. Sin
duda. No conviene perdérselo bajo ninguna circunstancia. Te va a encantar.
P.D: Ahora iré a por el
segundo tomo. Estoy deseando comenzarlo.
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