La verdad es que no suelo
ver este tipo de películas. La verdad es que tenía una idea muy definida de
Lady Gaga (no muy buena), hasta esta semana, y no me llamaba por esa razón ir a
verla. Pero… Esta semana hemos tenido excursión, o salida, cinematográfica, y “Ha
nacido una estrella” (2018) era la película elegida para ir a ver con los
chavales del Instituto…
… Y ciertamente, me he
llevado una sorpresa, una gran sorpresa con esta película. Si es cierto que
había visto el tráiler, pero en ningún momento me llamó la atención, tal vez
porque, cuando dices “Ha nacido una estrella”, todavía me viene a la cabeza la
película del 76, con Barbra Streisand (la versión del 37 la vi siendo un crío y
no la recuerdo fielmente). Lo primero que me chocó fue ver a Lady Gaga sin
maquillaje, eso fue casi un choque cultural en todos los aspectos y sentidos.
Lo segundo, escucharla cantar algo bueno, puro, y no comercial, algo alejado a
los típicos clichés que nos tiene acostumbrados desde hace años, ¿décadas
quizás?
Después de diez minutos,
me di cuenta que Bradley Cooper me había conseguido enganchar a la historia,
como director y como actor. Lady Gaga se mueve por la pantalla como una chica
normal, convence, y Cooper llegas a pensar que es, francamente, el papel de su
vida. Cooper hace de estrella del country, conocida y reconocida por doquier,
con un grave problema de alcoholismo. Lady Gaga es la chica que canta en
francés en un club de Drags Queens. Ambos se conocen, ambos tienen su amor por
la música en común.
Es la historia de un
ascenso y de una caída estrepitosa. Una historia de música, de amor, amistad… A
mí, me ha gustado a rabiar, y reconozco que cuando entré en la sala, no daba un
leuro por ella. La recomiendo, y
mucho.
P.D: Sam Elliot es la
leche.
1 comentario:
Acabo de verla y está muy bien. Los dos protas hacen un papelón impresionante. Por cierto, él en muchos momentos, por ejemplo cuando canta en el garito de Drags o en el primer directo de Shallow, da muchísimo aire a Springsteen musicalmente hablando.
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