“La Patria Perdida” es una película serbia de 2023, que tiene ese
componente, interesante, de ofrecerte una trama basada en un contexto histórico
no muy lejano en el tiempo, pero poco conocido para la mayoría de los mortales,
como fue la extinta Yugoslavia de los años noventa, y concretamente la Serbia
de 1996, que es donde nos ubicamos, y en una hora y media de metraje, lo que la
hace una película ligerita, pero en algunos aspectos difícil por la temática,
delicada, y la manera de abordarla por parte de nuestro protagonista, Stefan.
Salvando mucho, muchísimo
las kilométricas distancias, me ha llegado a recordar levemente a la película
alemana de 2003 “Good Bye, Lenin!”, que es un peliculón indiscutible, en la
vertiente de una madre comunista hasta la médula que sufre un coma y cuando
despierta está en otra Alemania muy distinta, aunque su hijo hará todo lo
posible para engañarla, porque la verdad podría matarla. La película tenía un
componente humorístico importante, con un Daniel Brühl impresionante, que
intentaba por todos los medios lograr que una mentira se mantuviera en el
tiempo de las maneras más épicas…
Y, en “La Patria Perdida”,
lejos de ese tono humorístico, estamos ante una perspectiva seria, pero
igualmente nos encontramos en la narrativa a una mujer fuerte del Partido
Socialista, cuyo nombre además es la unión de los nombres de Marx y Lenin, y
que se niega a aceptar la derrota electoral, y que hace todo lo posible por
reclamar las elecciones, impugnarlas, o culpar a agentes extranjeros y a la
OTAN sin llegar a ver que realmente el pueblo ya no está con ellos, incapaz de
admitir el cambio, y con un hijo en esta ocasión, Stefan, retraído y ajeno a
los ideales políticos, no ya de su madre, sino de toda su familia, que lucharon
en la Segunda Guerra Mundial contra el fascismo, representaron al país en las
Olimpiadas de Seúl, y ve como sus amigos lo ven a él, y a su madre, como los
nuevos fascistas aferrados al poder.
La película es un auténtico
drama, un drama de esos que te invita a recordar los hechos, a buscarlos. Es de
esas películas que me gusta ver porque está basado en hechos históricos reales,
y además, como os comentaba anteriormente, no suelen ser hechos conocidos, no
dejando de ser Historia Europea.
Estamos en 1996. Se han
celebrado elecciones municipales en Serbia, y Slobodan Milošević (que años
después sería juzgado y encarcelado por crímenes de guerra), no reconoce la
derrota y anula los resultados, lo que provoca que la gente salga a la calle
todos los días a protestar, fundamentalmente gente joven y estudiantes, que
vienen de haber vivido una guerra solo unos pocos años antes. Belgrado se
convierte en símbolo de resistencia ante el Partido Socialista, que es el que
está en el poder.
La sociedad comienza a fragmentarse.
Se cometen detenciones y palizas. Hay tensión en las calles. Stefan es un joven
de 15 años que vive con su madre, una activista política socialista leal al
régimen de Milosevic. Viven juntos, ya que sus padres están separados. Stefan
es introvertido, juega al waterpolo, escucha las viejas historias de su abuelo
y tiene un grupo de amigos y compañeros en el instituto, que pronto se unen a
las protestas contra el régimen socialista que va camino de la dictadura.
Stefan se debate entre su
madre y su amor ciego al régimen socialista autoritario, sus amigos, y una
novieta que le ha salido caída del cielo.
Hasta donde sé, y yo haya
comprobado, la ambientación y el contexto histórico está bien planteados y
documentados. Según algunos mentideros, la película que es una coproducción de
Serbia, Croacia, Francia, Luxemburgo y Catar, costó un millón de euros (que yo
no sé en qué se lo habrán gastado, la verdad) y la recaudación internacional no
ha llegado a los 1900 euros, sacando cero euros en España y Francia. Esta
información ponerla en cuarentena, porque yo me quedé a cuadros cuando me llegó
y no la he confirmado.
Es una película que tiene
algo de documental, y en la que vamos a ver claramente la evolución del personaje
de Stefan, de un chico inocente, ignorante y feliz, a un ser amargado al final,
cuya mente se ha distorsionado o directamente se ha destruido entre las
tensiones que afronta, su madre y el socialismo y sus amigos y la protesta
social. Y con un final inquietante, que deja para la imaginación del
espectador, la decisión que toma Stefan respecto a su vida.
En definitiva: Película muy recomendable en mi opinión, que no gustará a las mayorías o a ciertos sectores ideológicos, pero que no deja de ser Historia de Europa reciente. Esto también es Memoria Histórica, y no está mal recordar quién fue el siniestro y adorado Milosevic y el genocidio que cometió en la antigua Yugoslavia, y que a mí no me sale en los libros de Historia de Secundaria. De nota le voy a cascar un 6.
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