“La Historia de Souleymane” es una película francesa de 2024, que ha
ganado un puñado de Premios Cesar y que como digo en la miniatura de la reseña
es el día a día de Europa, en esta ocasión a bordo de una bici, pedaleando por
las calles de París y repartiendo comida a domicilio, viendo de todo, y de paso
con un pie dentro y otro fuera, pendiente de un asilo.
Hoy en día el tema de la
inmigración, ilegal o no, se ha convertido en uno de los temas más
controvertidos a nivel europeo, España ha sido uno de los últimos países en
verse afectada por la llegada masiva de miles de inmigrantes procedentes
fundamentalmente del norte de África, la África subsahariana e Hispano-américa,
pero Francia lleva décadas recibiendo una gran cantidad de personas, provenientes
en su mayoría, de sus antiguas colonias, casi mismamente después de iniciarse
el proceso de descolonización que llegó tras la Segunda Guerra Mundial, y hoy
en día, el flujo, lejos de haberse estancado, continua de manera ascendente.
Esta es la historia de un
guineano, Souleymane, que está en Francia de manera irregular y busca asilo…
La narrativa se encorseta, en realidad, en poco más
de dos días, 48 horas, en la vida de Souleyman, cuyo personaje, por cierto,
está interpretado por un actor no profesional.
Este joven guineano intenta buscarse la vida
repartiendo comida en bicicleta, usando una cuenta subcontratada de un
compatriota, durmiendo en refugios, mientras se prepara con un agente social
una historia, completamente inventada, para soltarla en la Oficina Francesa de
Protección al Refugiado para intentar conseguir un asilo político, ya que la
historia gira en torno a una supuesta persecución por motivos políticos e
ideológicos…
Pero, a Souleyman, que debe dinero, y trabaja
pedaleando y repartiendo comida a domicilio casi catorce horas al día, le
cuesta aprenderse esa mentira preparada que sueltan todos los días africanos
como él en la misma oficina, una y otra vez, para quedarse a vivir en Francia.
A pesar de que se la repite una y otra vez, no le entra en la cabeza, ni el
mismo se la cree y en dos días tendrá la entrevista en la Oficina donde una
funcionaria evaluará su caso, su supuesta vida de refugiado, y verá si hay
motivos o no, para que Souleyman se quede en Francia.
La historia es interesante. Es fácil empatizar con
un tipo que intenta buscarse la vida de verdad e integrarse en la sociedad,
mientras se ve rodeado por gente que lo trata como una ñorda, lo estafan y en
donde también encuentra algún amigo sincero.
Su metraje, sin embargo, de poco más de una hora y
media, me ha parecido excesivo, porque en su segundo tercio realmente no ocurre
nada, y la narrativa se estanca muchísimo, el ritmo se vuelve lento, mientras
la cámara pedalea por la calle, se encuentra con dueños de restaurantes idiotas,
clientes de todo tipo y compañeros de trabajo poco de fiar la mayoría de las
ocasiones.
Es cine social, pero los últimos diez minutos se
transforman en un thriller, en una entrevista con la funcionaria de la Oficina
del Refugiado, que impávida, caza a la milla y media las mentiras de Souleymane
y le exige que diga la verdad. Solo entonces, en esos últimos diez minutos,
somos testigos de la verdadera historia del protagonista, lo que pasó por
llegar hasta Francia y su derrumbe, que, por cierto, no sabemos como concluye,
porque los créditos, y un sepulcral silencio cierran la película…
… Y te quedas con saber que le pasó a Souleymane,
si le aceptaron el asilo galo o no, o tuvo que volver a echar papeles, o volvió
a trabajar con la bicicleta, vete a saber… No tenemos un Final Feliz
aparentemente, y eso te inquieta como espectador, pero tampoco lo necesitamos
saber, ¿O sí? Es el día a día de muchos migrantes en Europa.
Y desde luego, en mi opinión, el fuerte de la
película está en usar a un actor no profesional, el tipo ha pasado por cosas
parecidas a su personaje, y se nota que le da la garra, el empuje y la emoción
para que te lo creas. Y lo ves en sus diálogos con la policía, en el estrés del
día a día en la bicicleta, las pequeñas mafias con las que trata, en la
entrevista final.
En definitiva: Me ha gustado mucho la temática, aunque es cierto que como os comentaba anteriormente, se me ha hecho larga, aun así, os recomiendo el visionado porque invita a reflexionar y que cada uno saque sus propias conclusiones. A mí, por ejemplo, el agente social invitando a inventar historias para buscar el asilo, me ha parecido muy significativo. De nota, le voy a dar un 6,5. Se pueden sacar muchas lecturas, y eso es lo que me quedo.
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