Con “Iron Heart”, miniserie de seis capítulos, se cierra la Fase 5 del
Universo Cinematográfico Marvel, a la par que en cine lo hacemos con “Los
Cuatro Fantásticos” que cuando os hablo, está recibiendo críticas dispares y de
la que hablaremos en un mes, o mes y medio, cuando las aguas se calmen un poco.
La serie se estrenó en dos
tandas de episodios: Los tres primeros los estrenó Disney el 24 de junio de
2025, (estaba yo en la Feria de San Juan de Badajoz, viendo los “cobetes”), y
los tres siguientes que cierran la serie, el 1 de julio.
Curiosamente, la serie se
rodó en distintas localizaciones (como Atlanta, y Chicago, que es donde se
supone que sucede nuestra historia), durante el verano y otoño de 2022,
concluyendo su rodaje en noviembre de ese año, y hasta casi tres años después
no la hemos visto estrenarse.
Con un presupuesto no
reconocido, pero que determinados mentideros estiman entre 200-225 millones de
dólares, la serie se sitúa en cuanto a dinerito gastado a la altura de “She-Hulk”
(Hulka), o “Invasión Secreta”.
Si habéis seguido el
Universo Cinematográfico Marvel, os sonará nuestra protagonista, la joven
estudiante Riri Williams, que aparecía en “Black Panther: Wakanda Forever”, de
la que no me molesté en su día en hacerle una reseña siquiera.
Ahora, nos la encontramos
siendo expulsada de la beca de investigación que disfrutaba en la Universidad,
por mil movidas, que incluye un accidente de laboratorio mientras se construye
una versión de la armadura de “Iron Man” con historias que ha comprado en Temu,
Shein y Alixpress, y volviendo a casa de su madre en Chicago, que no se sabe
bien en qué trabaja y cómo se gana la vida, pero siempre va muy bien puesta y
conoce a auténticas brujas, aunque un poco de Segunda División B.
Es muy curioso, pero el 90% de las veces que esta chica, Riri, aparece enredando con algún aparato, aunque sea la batidora o la cafetera exprés, esta sale chisporroteando o ardiendo tras pasar por sus manos. También le sucede con cuadernos, tenedores o con cualquier utensilio que toque.
En casa, intenta reparar la
armadura que se ha traído, aunque no tiene perras ni recursos, no es Tony Stark
que se hizo una armadura en una cueva con el motor de un Seat Panda, dos latas
de aceite Cepsa del 83, un delco y una cadena de bicicleta.
Entre montar un
crowfunding, buscarse un trabajo o unirse a un grupo criminal para hacerse la
nueva armadura por fascículos coleccionables, (con el número uno te damos el ojo
izquierdo por uno cincuenta), elige esto último, unirse a un cutre grupo
criminal, con un rollo woke y de luchadores de lo malo y a favor de lo güeno
(aunque ellos son el realidad los malos que están arruinando proyectos
interesantes, y miles de puestos de trabajo), que es tan creíble como que
Portugal tenga submarinos en el Guadiana.
Este grupo está dirigido
por Parker Robbins (El Encapuchado), un Robin Hood al que las capas le quedan
como el pedo, nada que ver con Ramón García y sus capas españolas, que tiene un
pacto diabólico con Mefisto (que es el gran Sacha Baron Cohen, que está
completamente desaprovechado y que no vas a ver más de diez minutos de metraje
en el último episodio).
A ello, le tenéis que añadir que Riri está
traumatizada por las muertes de su padrastro, que era mecánico, y la de su
amiga Natalie, asesinados a tiros en el taller mecánico familiar. Nunca vi un
taller más limpio que ese. En Extremadura tenemos talleres mecánicos con manchas
que duran desde hace 50 años, estudiadas hasta por la Nasa, y de ñorda ya no
hablemos.
Para superar la perdida de
la amiga, al padrastro que le den, se crea una IA una tarde que estaba aburrida,
que es la imagen, pensamiento y fiel reflejo de su amiga, con la que comparte
momentos y cabreos. La IA suele dejarla tirada cuando más lo necesita.
Así, los que eran colegas
se acaban convirtiendo en enemigos porque Riri deja morir a uno de ellos en un atraco
frustrado (la gente se enfada por tonterías), y a la ecuación añadimos a otro
enemigo tecnológico, Ezekiel “Zeke” Stane, hijo del villano Iron Monguer.
Por lo que Riri debe enfrentarse a sus fantasmas, a
un tipo con amplios conocimientos tecnológicos, otro con una capa que le drena
el sentido y lo convierte en demonio, Mefisto que le propone un trato interesante,
una IA que la ata a un pasado trágico y una panda de frikis disfrazados de
villanos.
El último episodio deja más dudas que respuestas, y
parece ser que habrá una Segunda Temporada, según algunos mentideros españoles
para 2027, aunque como hagan lo mismo que con la Primera Temporada, lo llevan
claro.
En definitiva: A mi “Iron Heart” no me ha gustado (de hecho, le doy un 4 de nota). Es un subproducto de los que Marvel/Disney nos ha dedicado en los últimos años, y que les ha resultado catastróficos en todos los sentidos, y parece que no aprenden. Tiene un ritmo bastante irregular, y hay partes que literalmente te duermes, sobre todo en los episodios 4 y 5. La banda de criminales son un puro cliché, al igual que las poses y diálogos, no tiene consistencia. Los villanos están poco explotados y explorados, el rollo alrededor de la capa y ella es poco creíble en su papel…
No hay comentarios:
Publicar un comentario