Después de siete
años de producción y emisión, seis temporadas más troceadas que una tortilla de
patatas, y 65 episodios, he terminado la serie “Cobra Kai” que comencé a ver en
mayo de 2018, tengo que reconocer que vi los primeros episodios en inglés y que
he terminado hace una semana y media, en febrero de 2025, con un final
apoteósico donde me harté de llorar como una magdalena.
Reconozco que no lloraba tanto desde que
el Gobierno dijo que Extremadura tendría tren para el año 4231. Las autovías
Badajoz-Cáceres y Badajoz-Huelva para el 5622, ahí ya sí que lo petaremos.
El caso es que yo creo que todos los que
crecimos o éramos adolescentes en los Ochenta, ahora ya cincuentones o cercanos
al medio siglo, dimos un bote cuando nos enteramos que el Universo de Karate
Kid volvía nuevamente a la vida en forma de serie, después de que en el 94 la
película “El Nuevo Karate Kid” dejará más críticas negativas que dinero (aunque
también es verdad que se salvó económicamente por los pelos), y cerrará el Universo
con aquella cuarta entrega donde no salía Ralph Macchio y la protagonista era
Hilary Swank…
Y ciertamente, “Cobra Kai” no solo vino
con fuerza, si no que la nueva historia, que transcurría 33 años después de la
mítica derrota de Johnny Lawrence contra Daniel LaRusso en el Campeonato-Torneo
de Karate All-Valley del 84, traía a la inmensa mayoría canónicos del Universo
Karate Kid o Miyagiverso (siendo precisamente la falta de Julie Pierce, Hilary
Swank, para mí la más destacada).
El acierto de “Cobra Kai”, y creo que
ahí es donde reside parte de su éxito, es que, al retomar el Universo, lo hace,
no desde el punto de vista de Daniel LaRusso, que muchos fans de las películas
llegaron a teorizar que en realidad era el Malo de la película, si no de su
archienemigo, Johnny Lawrence, quien, con 50 años, le da a la bebida, está
medio depresivo, y no tiene el estatus y nivel de vida que gozaba en los
Ochenta.
Ahora, solo y bastante anticuado en
prácticamente todo lo que le rodea, tiene un hijo de una relación que fracasó,
Robby, con el que apenas tiene contacto, y con el que va a tener muchos baches
y pocos aciertos durante todas las temporadas, hasta prácticamente el final de
la serie donde parece que la paz se afianza ente ellos.
Johnny se enfrenta a unos tipos que
quieren cascar a un vecino suyo de origen hispano, Miguel Díaz, y tras este
hecho, decide reabrir nuevamente el Dojo Cobra Kai, para retomar su vida en el
mundo del Karate, está vez como sensei del mismo.
Al dojo acude una buena pandilla de
frikis, marginados de todo tipo, que encuentran en las clases de este peculiar
sensei, aficionado en ponerle motes al personal, un lugar donde unirse a través
del Karate. Lawrence intenta ser mejor con los chavales de lo que fue su
sensei, Kreese, con él, ya que su derrota en el pasado le marcó tanto que sigue
acosándole.
Por otro lado, a Daniel le ha ido muy
bien. Echa mucho de menos al Sr. Miyagi, ya fallecido, pero ha conseguido
hacerse un hombre rico y muy exitoso en los negocios.
Es dueño, junto a su señora, de un
concesionario de coches de alta gama, que se venden como churros. Tiene dos
hijos, y una casa que necesitas un mapa para recorrerla entera.
Casualmente, su hija, Samantha, comienza
una relación con Miguel, y la apertura del dojo Cobra Kai, despertará viejas
rivalidades entre Johnny y Daniel, que se acentuarán cuando Daniel comience a
entrenar a Robby, el hijo perdido de Lawrence…
Y eso es solo el comienzo de la serie,
hasta donde recuerdo, porque seguro que se me escapan cosas… Daros cuenta que
son 65 episodios y hablar grosso modo de sus seis temporadas podría hacerse
bastante tedioso.
“Cobra Kai” tiene todos los elementos para ser una serie que engancha. Tiene cierta dosis de comedia, tiene ese enganche de las películas de las que proviene, la aparición, poco a poco, de viejos personajes de la franquicia y la puesta en escena de otros bastante buenos. Rivalidades, buenos secundarios, buena música (sobre todo cuando aparece Johnny Lawrence y/o este está en escena, que suelen ser grupos de rock o heavy clásico como AC/DC o Guns and Roses), un toque de cruces amorosos adolescentes (que para mí es lo de menos), y escenas de acción bastante épicas por lo general.
¿Entonces, hay que verla?
Definitivamente sí. La verdad es que por el blog he ido comentando brevemente
cada una de sus temporadas, pero por el Canal de Youtube no quería ir haciendo
una reseña de cada temporada, más que nada porque no comparto la política de
Netflix de trocear impunemente las temporadas, como es el caso de la última, la
sexta, que ha hecho que los fans de la serie hayamos tardado meses en ver los
últimos capítulos, pero decididamente “Cobra Kai” es una serie que merece, y
mucho, la pena.
Ahora bien. Si la vas a ver, recomiendo
fehacientemente ver por lo menos las tres primeras películas de la franquicia,
para que sepas por donde van los tiros, y a que te vas a enfrentar. Ver la
serie sin haber visto anteriormente las películas, se puede hacer, pero yo no
lo recomendaría.
De nota le doy un 7, y ahora nos toca esperar la que dicen que será la última película de la franquicia, del Miyagiverso, “Karate Kid: Legends”, que se estrenará en España en mayo de 2025, con un presupuesto millonario de 90 millones de dólares y la presencia de otro mítico: Jackie Chang.
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