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domingo, 23 de febrero de 2025

Ahí Fuera (2024)

 

        No suelo ver ni comentar cine filipino, más que nada porque no suelen llegarme muchas cintas, películas del país asiático hermano, pero mira tú por donde, he tenido la oportunidad de ver una de zombis filipinos…

“Ahí Fuera” es una película de terror filipina, producida por Netflix y estrenada en octubre de 2024, que nos lleva una vez una a un post-apocalipsis zombi, seguramente originado en Estados Unidos o en Corea del Sur, aunque eso nunca lo sabremos, donde los zombis repiten alguna frase o consigna repetidamente, y donde a lo largo de sus dos horas y cuarto de metraje… Muy largo metraje, le sobran entre 30-35 minutos sin pestañear… Vamos a ver elementos que nos recuerden a “The Walking Dead”, y a todas las películas del género clásico de zombis, aquí no innova mucho, y curiosamente, a elementos de una película clásica, como puede ser “El Resplandor”, cambiando los elementos climáticos exteriores por zombis, y el hotel por una casa, mansión rural, con un padre al que el pasado le atormenta…  Pero, poco más en ese aspecto, añadiendo unas interpretaciones más o menos dignas, buena fotografía y ambientación, y buen nivel técnico general…

Entonces… Ya lo has dicho todo, ¿no? Os preguntaréis algunos… No, se pueden comentar más cosas de “Ahí Fuera”.


En la narrativa tenemos a Francis e Iris. La película comienza con la reproducción en un viejo televisor de su boda, donde se les ve muy felices. La familia, que tiene dos hijos, Joshua y Lucas, huye de la ciudad donde han sido atacados por zombis, algo que se narrará a mitad de metraje. En su huida, llegan a la antigua casa familiar de Francis, una mansión rural amplia, con tierras cultivadas alrededor.

Francis descubre que su padre se ha dado un tiro hace un tiempo por el estado del cuerpo, y le quita la pistola, que después va a ser muy útil, y el reloj. A su madre, convertida en un zombi, se la encuentra justo en el pasillo al salir de la habitación, en el momento en que le da por quebrarse, literalmente, en dos, y ataca a Francis que comprueba el funcionamiento de la pistola en ella.


        El plan de Francis es quedarse en la casa, a pesar de que, desde su llegada, le llegan visiones raras a la cabeza, de un pasado turbulento que le tocó vivir allí siendo un niño, con maltratos y temas similares.

Iris quiere ir al Norte, en busca de un supuesto Campamento-Refugio, donde al parecer se dirige todo el mundo. A mitad de camino, el hijo mayor, Joshua, mete la pata al hacer referencia a que en el Norte está el tío Diego, hermano de Francis, con el que Iris no solo mantiene una relación, si no que está enamorada de él hasta las trancas desde hace mucho tiempo. El matrimonio, de hecho, es una pantomima que se mantiene por los niños, ya que entre los dos ya no hay nada, salvo alguna representación de la Caídita de Roma esporádica.


Al llegar a un puente donde habría un checkpoint militar, son atacados por un grupo de zombis, donde salen vivos de milagro, y donde hay una escena bastante raruna, ya que Francis le lanza una granada de mano a un grupo de zombis a tres metros, sentándose en la parte trasera de una camioneta:

Los zombis revientan y él sale ileso, pero en la vida real, él se hubiera quedado sin la mitad de la columna vertebral. Deciden volver a la casa-mansión rural, y una vez allí, en plenas prácticas de tiro en mitad del campo, atraen con los disparos a 300 zombis, que acuden como lo haría un extremeño ante un tren nuevo y reluciente, o yo por lo menos me lo imagino así. En los diez minutos que tardan en llegar a casa, pasan de un sol de justicia a hacerse de noche, y además de noche cerrada.


Gracias a un misterioso coche, que es el del hermano de Francis, Diego (amante de Iris), que a bocinazos les quitan a los zombis de los alrededores de la casa, se salvan, pero las crisis de Francis siguen cada vez a más, y peor… Y más cuando aparece su hermano en son de Paz, y un soldado perdido (Corcuera), y las dudas respecto a su mujer se acrecientan, convirtiendo la casa y la convivencia familiar en un infierno.

En definitiva: Digna, aunque excesivamente larga película de terror filipina, que no añadirá nada nuevo al género, más allá de algún tema psicológico de tipo griego sobre “Matar al padre”, además literalmente, de generación en generación, para ir dejando atrás y enterradas ñordas mentales traumáticas de diversa consideración.

Entretenida, bien ejecutada y bien planteada en cuanto donde está el infierno: ¿Con los zombis, o con la familia? De nota le voy a dar un 5, con media hora menos, hubiera sido un 6. Y la dejo a vuestra entera elección. Si la veis, ya sabéis, me comentáis qué os pareció “Ahí Fuera”.

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