No suelo ver ni
comentar cine filipino, más que nada porque no suelen llegarme muchas cintas,
películas del país asiático hermano, pero mira tú por donde, he tenido la
oportunidad de ver una de zombis filipinos…
“Ahí
Fuera” es una película de terror filipina, producida por Netflix y estrenada en
octubre de 2024, que nos lleva una vez una a un post-apocalipsis zombi, seguramente
originado en Estados Unidos o en Corea del Sur, aunque eso nunca lo sabremos,
donde los zombis repiten alguna frase o consigna repetidamente, y donde a lo
largo de sus dos horas y cuarto de metraje… Muy largo metraje, le sobran entre
30-35 minutos sin pestañear… Vamos a ver elementos que nos recuerden a “The
Walking Dead”, y a todas las películas del género clásico de zombis, aquí no
innova mucho, y curiosamente, a elementos de una película clásica, como puede
ser “El Resplandor”, cambiando los elementos climáticos exteriores por zombis,
y el hotel por una casa, mansión rural, con un padre al que el pasado le atormenta…
Pero, poco más en ese aspecto, añadiendo
unas interpretaciones más o menos dignas, buena fotografía y ambientación, y
buen nivel técnico general…
Entonces…
Ya lo has dicho todo, ¿no? Os preguntaréis algunos… No, se pueden comentar más
cosas de “Ahí Fuera”.
En
la narrativa tenemos a Francis e Iris. La película comienza con la reproducción
en un viejo televisor de su boda, donde se les ve muy felices. La familia, que
tiene dos hijos, Joshua y Lucas, huye de la ciudad donde han sido atacados por
zombis, algo que se narrará a mitad de metraje. En su huida, llegan a la
antigua casa familiar de Francis, una mansión rural amplia, con tierras
cultivadas alrededor.
Francis
descubre que su padre se ha dado un tiro hace un tiempo por el estado del
cuerpo, y le quita la pistola, que después va a ser muy útil, y el reloj. A su
madre, convertida en un zombi, se la encuentra justo en el pasillo al salir de
la habitación, en el momento en que le da por quebrarse, literalmente, en dos,
y ataca a Francis que comprueba el funcionamiento de la pistola en ella.
El plan de Francis es quedarse en la
casa, a pesar de que, desde su llegada, le llegan visiones raras a la cabeza,
de un pasado turbulento que le tocó vivir allí siendo un niño, con maltratos y
temas similares.
Iris
quiere ir al Norte, en busca de un supuesto Campamento-Refugio, donde al
parecer se dirige todo el mundo. A mitad de camino, el hijo mayor, Joshua, mete
la pata al hacer referencia a que en el Norte está el tío Diego, hermano de Francis,
con el que Iris no solo mantiene una relación, si no que está enamorada de él hasta
las trancas desde hace mucho tiempo. El matrimonio, de hecho, es una pantomima
que se mantiene por los niños, ya que entre los dos ya no hay nada, salvo
alguna representación de la Caídita de Roma esporádica.
Al
llegar a un puente donde habría un checkpoint militar, son atacados por un
grupo de zombis, donde salen vivos de milagro, y donde hay una escena bastante raruna,
ya que Francis le lanza una granada de mano a un grupo de zombis a tres metros,
sentándose en la parte trasera de una camioneta:
Los
zombis revientan y él sale ileso, pero en la vida real, él se hubiera quedado
sin la mitad de la columna vertebral. Deciden volver a la casa-mansión rural, y
una vez allí, en plenas prácticas de tiro en mitad del campo, atraen con los
disparos a 300 zombis, que acuden como lo haría un extremeño ante un tren nuevo
y reluciente, o yo por lo menos me lo imagino así. En los diez minutos que
tardan en llegar a casa, pasan de un sol de justicia a hacerse de noche, y
además de noche cerrada.
Gracias a un misterioso coche, que es el del hermano de Francis, Diego (amante de Iris), que a bocinazos les quitan a los zombis de los alrededores de la casa, se salvan, pero las crisis de Francis siguen cada vez a más, y peor… Y más cuando aparece su hermano en son de Paz, y un soldado perdido (Corcuera), y las dudas respecto a su mujer se acrecientan, convirtiendo la casa y la convivencia familiar en un infierno.
En
definitiva: Digna, aunque excesivamente larga película de terror filipina, que
no añadirá nada nuevo al género, más allá de algún tema psicológico de tipo
griego sobre “Matar al padre”, además literalmente, de generación en
generación, para ir dejando atrás y enterradas ñordas mentales traumáticas de
diversa consideración.
Entretenida, bien ejecutada y bien planteada en cuanto donde está el infierno: ¿Con los zombis, o con la familia? De nota le voy a dar un 5, con media hora menos, hubiera sido un 6. Y la dejo a vuestra entera elección. Si la veis, ya sabéis, me comentáis qué os pareció “Ahí Fuera”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario