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A pesar de que Keum Suk Gendry-Kim es una reconocida autora surcoreana
de cómics, esta es la primera vez que me leo algo de ella. Y no es un hecho del
que me sienta especialmente orgulloso, para nada, porque siempre he tenido la
tentación de comprar y leer otras obras suyas, como “Hierba” y “La espera”, y
si tenía alguna duda sobre si leer su obra o no, con “Mi Amigo Kim Jong-Un”,
publicado por Reservoir Books este difunto octubre de 2025, ya se me
despejaron. Ahora me siento hasta mal, porque debería haberme leído sus obras
anteriores, aunque lo arreglaré en los próximos meses.
“Mi Amigo Kim Jong-Un” es
un cómic de tapa dura, de 288 páginas, que me ha sorprendido en varios
sentidos. Mi primer pensamiento fue que me iba a enfrentar a un cómic biográfico
típico del género, centrado en el personaje y poco más, pero lo que me he
encontrado ha sido un viaje, un poco puzle, a través de las experiencias de la
propia autora, entrevistas y relatos, que se tejen con un hilo fino con los
paisajes coreanos, la historia del país de los últimos ochenta años, y todo con
un barniz documental que logra engancharte, que es lo más importante…
Antes os he comentado que
me ha parecido un poco puzle, y quizás esa sea la palabra para describir un
cómic que tiene muchas piezas, que parecen en muchos casos inconexas, pero que
la autora logra encajar perfectamente, y te das cuenta según avanzas en la
lectura.
Quizás esa sea la mejor
manera de entender el todo, pequeñas piezas, ahora de la vida de Kim Jong-Un,
su historia y la historia de Corea del Norte, ahora de la propia Keum Suk
Gendry-Kim, su vida personal, su día a día en una isla cercana y fronteriza, la
isla de Ganghwa, donde la actividad militar está en pleno auge.
De esa actividad militar,
surge nuestro relato en torno a Kim Jong-Un: Sus estudios en el extranjero,
concretamente en Suiza, entrevistas con personas que lo conocieron de primera
mano, su relación con su padre y con el resto de la familia, sus purgas que se
llevaron por delante a la mitad de la familia, y sus periodos de tensión con el
vecino del sur, igual que sus momentos de paz y cordialidad, y para ir cosiendo
y enlazando, aparte de las experiencias de la propia autora, tenemos el paisaje
coreano, y el drama de una nación ya dividida en dos, quizás para siempre.
En el cómic se habla
también mucho de la reunificación, pero igualmente se nos muestra lo diferentes
que son los norcoreanos y los surcoreanos en prácticamente todo. Hay periodismo
documental, con una veintena de referencias bibliográficas al final del tomo,
aunque muchas no están disponibles en español. Hay mucha crítica social,
política, que se remarca en los pensamientos de la autora, en las entrevistas
cara a cara, y hay mucho bagaje emocional, que se ve en viñetas con un estilo
que se mueve entre los grandes rostros de los personajes, a composiciones
sencillas, no enmarcadas en viñetas, pero si en grandes fondos de colores, en
composiciones en blanco y negro y en páginas donde el protagonismo es el
silencio, el paisaje coreano (la frontera, las vallas de separación), la
reflexión.
Desde luego, no es una
biografía al uso, pero eso no es óbice para disfrutar de otros enfoques que no
suelen estar presentes en cómics biográficos. Procura huir de los estereotipos
que tenemos del ciudadano norcoreano, pero fácilmente e inevitablemente, cae en
la contradicción.
El norcoreano es un humano cualquiera, igual que el
surcoreano, con sus virtudes y sus defectos.
Es afable, amable, hospitalario, pero también llora
junto al Amado Líder, y no ve más allá del régimen en la mayoría de los casos,
aunque son miles los que huyen a Corea del Sur, la mayoría de las veces, a
través de la frontera china. Busca empatía, puntos de encuentro y desencuentro,
aunque he echado de menos un poco más de contexto histórico en cuanto a la
división de las dos Coreas. Da por hecho que el lector conoce todo, o gran
parte de esos hechos, de ese contexto, y ahí alguno se puede perder.
En definitiva: “Mi Amigo Kim Jong-Un” no es una biografía al uso por lo anteriormente comentado, pero el conjunto de los diferentes elementos que componen el cómic, me ha parecido interesante. A pesar del tocho, es un cómic que te ventilas en 20-25 minutos. Es íntimo, creo que es sincero, y al no quedarse solo en la figura del dictador norcoreano, sino intentar ir un poco más allá, creo que es bastante completo dentro del enfoque que ofrece. Para mí, es muy recomendable. Me tendré que leer las anteriores obras de la autora.








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