La verdad es que las dos
primeras temporadas de “The Mandalorian” me entusiasmaron (aquí,
y también aquí),
y por ello, tengo que decir ya desde el principio que esperaba algo más de esta
Tercera Temporada (Disney, 2023)… Y, aunque no está mal, no ha cumplido con las
expectativas que tenía respecto a las dos anteriores.
Ocho capítulos en los que
Mando, lejos de las misiones de proteger y buscar el destino de Grogu (aquello
ya se cerró) se centra en misiones secundarias mientras que la principal gira
en torno a Bo-Katan (personaje, por cierto, que por momentos llega a ser más
interesante en su trama que los dos protagonistas, que ceden terreno, y mucho) y
su bíblica misión de volver a reunir a los mandalorianos que andan sueltos por
la galaxia, y que, en un principio creí media docena para descubrir que son
varios cientos a lo largo de la temporada.
La narrativa se infantiliza:
Los malos caen en combate, los buenos, salvo algunos héroes que recordaremos…
No. Es así de sencillo… Sin hablar de piratas espaciales que recuerdan a cierta
franquicia del Caribe…
Cada capítulo trae una misión,
pero antes hay que resolver una secundaria para llegar a la principal, debiéndose
mucho al videojuego clásico, a la aventura gráfica y a la repetición de
esquemas en el desarrollo principal que hace que las sorpresas se vayan
perdiendo según avancemos.
¿Qué el sable oscuro es
importante? Nos lo cargamos. ¿Qué el beskar es un mineral difícil de conseguir?
Cientos de soldados imperiales lo llevan en su armadura en el último episodio…
En definitiva: Poder, se puede
ver, pero creo que el nivel ha caído unos pocos puntos. Sigue aprobando,
entretiene, pero si hay una Cuarta Temporada… Espero que sea un poquito mejor.
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