“El Rey de las Sombras”
(Netflix, 2023) es una película francesa, que puede llegar a recordar a la
también francesa “Atenea” (Netflix, 2022) por el escenario, por el sustrato que
tiene detrás: Una población francesa, pero de origen africano y de religión
musulmana. Unos quieren adaptarse a su nuevo país y vivir su vida, otros se
meten en el narcotráfico y crean sus propios guetos y territorios donde la
propia policía no se atreve a entrar, y si lo hacen, pueden a llegar a pasarlo
muy mal.
En la narrativa tenemos a dos
hermanastros (su padre, africano de origen, tenía dos mujeres ya que su
religión se lo permitía): Ibrahim, el mayor, es colérico, bastante rudo y
bruto, y pronto se mete en líos con la policía y en el barrio, algo que condena
su padre (que es un tipo muy querido en el barrio, y que montó un restaurante
de comidas africanas que le fue muy bien). Adama, el pequeño, pronto queda ciego
por un golpe en la tarra debido a un accidente de tráfico. Es el puñetero “Daredevil”,
listo, inteligente y no quiere movidas, solo hacer su vida y que todos vivan en
paz y armonía. También hay una hermana, pero como si no la hubiera/hubiese,
porque corta poco el bacalao.
Tras la muerte del padre,
Ibrahim toma el poder del barrio con sus negocios truculentos, lo que hace que
se monte una guerra de bandas, y que uno de los perdedores sea el propio Adama,
que en un asalto a su casa, le matan al perro-guía, fiel compañero y amigo.
Resuelto a terminar con la
situación, decide visitar al enemigo de su hermano, por lo que Ibrahim lo toma
como un traidor. A la par, comienza a recuperar la vista milagrosamente, y es
que hay un rollo mágico (y de hechicería) en la cinta, que casa difícilmente
con las creencias islámicas de los protagonistas y que aporta poco, en general,
a la historia.
La resolución final te puede
dejar un poco frío, y parece haber ganas por terminar pronto y cortar por lo
sano. La película es entretenida, deja ver, al fin y al cabo, pero sin tirar cohetes.
No esperes mucho de ella.
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