A “Locke&Key” he llegado
casi trece años tarde, pero he llegado. Tengo que reconocer que aunque conocía
el cómic, hasta hace poco no me ha dado por leer su primer integral en español “Locke&Key.
Omnibus 1” (Panini, 2015) que firman Joe Hill en el guion, y el dibujante
chileno Gabriel Rodríguez.
La narrativa me ha
recordado, salvando las distancias, a una miniserie de 2006, “Habitación
Perdida”, pero claramente el desarrollo de “Locke&Key”, por lo menos
en este primer integral, es algo más
profundo que aquella serie.
La familia Locke ha sufrido
un ataque en su propia casa. Un par de perturbados les han atacado, acabando
con el padre de familia. La familia entera se ha salvado de una muerte segura
casi de milagro, y deciden mudarse a “La Casa de las Llaves”, que es un lugar
donde se crió el padre (precisamente), y al que le habían dicho que irían en
caso de que les pasara algo, ya que en la casa supuestamente estarían seguros.
Lo que pronto averiguan los
tres hermanos Locke, es que la casa posee muchos secretos, guardados bajo unas
llaves mágicas muy especiales, y que hay una entidad en el pozo de la casa, que
lleva mucho tiempo allí y está deseando salir…
Con partes muy a lo Stephen
King (Joe Hill no en vano es uno de sus dos hijos, los dos nos salieron
escritores), “Locke&Key” se desarrolla en este integral en tres grandes
partes: Bienvenidos a Lovecraft (el nombre del lugar viene al pelo), Juegos
Mentales y Coronas de Sombras, que se subdividen a su vez en capítulos (6, 5 y
6), con unas páginas finales dedicadas a láminas y portadas y un plano de “La
Casa de las llaves”, que se agradece una barbaridad, para que el lector curioso
se ubique en la trama que se va desarrollando. El integral tiene 488 páginas.
Tiene elementos clásicos de “Teens”
de instituto estadounidense, fobias y manías de la sociedad del país
(alcoholismo, homofobia…), magia y bastante acción, en la que los buenos suelen
cobrar y no siempre salen vencedores en sus batallas contra la entidad que los
acecha, y en sus propias batallas personales.
El dibujo de Gabriel
Rodríguez da la talla, no lo conocía, pero trabaja muy bien los diversos
planos, y usa mucho la imagen para transmitir, ahorrándose en ocasiones
diálogos que no añadirían mucho más a la viñeta.
Resumiendo: Un cómic y una
historia interesante, con muchos guiños a diversas historias (casas encantadas,
puertas dimensionales, entidades malévolas…) que se te hará ameno y entretenido…
Ahora me toca leer la segunda parte.
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