Entusiasmado por los dos primeros tomos de “Airborne 44” (“Habrá un mañana sin nosotros” y “Omaha Beach”), me he enfrascado en el tercer tomo, que al igual que los anteriores, está formado por un díptico de dos cómics. El primero que da título al tomo en sí, “Airborne 44. Si hay que sobrevivir…” (Coeditum, 2015) y “Un invierno en armas”, de Philippe Jarbinet (guion, dibujo y color, este tipo es todoterreno).
La primera parte del cómic nos presenta a Tessa, una piloto aliada que lucha en Francia. Estamos en 1944, y en una escaramuza es derribada en las Ardenas, algo que nos pone el cómic en relación con lo publicado anteriormente por Jarbinet, que usa dicho canto del cisne del ejército alemán, para desarrollar diferentes narrativas.
Aunque la mayor parte de esta primera parte se desarrolla en los Estados Unidos, concretamente, en La Gran Depresión” posterior al “Crack del 29”, donde conocemos la historia de Tessa y otros personajes que acabarán en el ejército, y consecuentemente, participando en la guerra.
“Un invierno en armas” se
centra nuevamente en Las Ardenas, y el intento de rescate de Tessa por parte de
sus amigos. Jarbinet teje una rocambolesca narrativa, bien tejida y
estructurada, y como suele ser habitual en sus cómics, sus epílogos nos llevan
a los finales de los años cincuenta. Recomendable colección “Airborne 44”, y casi
imprescindible leerse los tomos anteriores.
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