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sábado, 7 de noviembre de 2020

Stalingrado. La historia gráfica. Cartas desde el Volga (La esfera de los libros, 2018) Antonio Gil, Daniel Ortega

 

        Con poco más de ciento diez páginas, “Stalingrado. La historia gráfica. Cartas desde el Volga” (La esfera de los libros, 2018) de Antonio Gil (dibujo e ilustraciones, os recomiendo su "1921: El Rif", editado por Cascaborra) y Daniel Ortega (texto), se presenta como un trabajo muy bien documentado, donde, a través de ocho capítulos (más un prólogo, un epilogo y unas reflexiones finales), vamos viendo, y viviendo, los últimos días del VI Ejército alemán de Von Paulus, que, desde agosto de 1942, hasta febrero de 1943, protagonizaron la más encarnizada lucha por la supervivencia de La Segunda Guerra Mundial.

 

        Miles de alemanes, soviéticos, rumanos, húngaros e italianos, se enfrentarían por un enclave estratégico, donde el cruel invierno ruso tuvo muchísimo que decir. Las cartas, y los textos explicativos, dan paso a una serie de viñetas donde seguimos en su desesperación a los soldados alemanes, que van cayendo bajo el fuego soviético, pero también bajo enfermedades, frío y también suicidio.

        La rendición no fue el final. De cien mil alemanes capturados, solo unos 5000 regresarían a una patria que no los recibió con honores, sino con olvido e indiferencia. El canibalismo fue habitual en aquellos campos de internamiento soviético.

        “Stalingrado” es, como comento, un trabajo muy bien documentado, aunque es cierto, ya lo advierten los autores, que no están reflejados todos los acontecimientos que tuvo la batalla. Reflexivo y con una galería de imágenes final muy interesante. Las cartas, cortas, pero precisas, concisas, estremecen, y es difícil quedarse indiferente ante el pensamiento del infierno que tuvo que ser aquella batalla, tanto para unos como para otros. La verdad es que lo he disfrutado mucho, y por ello lo recomiendo.

        P.D: Si tuviera que ponerle un “pero” sería que su formato (21x29,5 cm) no me ha convencido, demasiado grande en mi opinión, pero ello no ha sido óbice para disfrutar de él.

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