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martes, 29 de septiembre de 2020

Piloto de Stukas. Memorias del soldado más condecorado de Alemania (Acervo, 2015) Hans-Ulrich Rudel

 

        Después de haber leído, durante los últimos meses, el libro de Ernst Udet “Una vida en el aire”, la autobiografía de Peter Spoden “Enemigos en la noche” y las memorias de Wilhelm Johnen “Duelo bajo las estrellas”, le ha tocado el turno al cuarto libro que me leo, sobre un piloto de la Luftwaffe, Hans-Ulrich Rudel.

 

        Y, Ojo, no es que yo tenga predilección por pilotos alemanes. No se trata de eso, y no me malinterpretéis. Es que hay más Memorias escritas, y traducidas al castellano, de pilotos alemanes, que de pilotos Aliados, a los que también estoy deseando leer. Y aquí ya comentamos, en su día: "Piloto de Spitfire" de David Moore Crook.

 

        Las memorias de Hans-Ulrich Rudel (1916-1982), “Piloto de Stukas” (Editorial Acervo, 2015) publicadas en Alemania en 1966 (con cierto escándalo e interés en su día, a partes iguales) tienen el subtítulo pomposo de “Memorias del soldado más condecorado de Alemania”. No en vano, Rudel, fue el único combatiente del lado alemán en recibir la Cruz de Hierro con Hojas de Roble en Oro, Espadas y Diamantes, tras destruir más de quinientos tanques, el acorazado Marat, un crucero, casi mil vehículos y más de ciento cincuenta puestos de artillería, a bordo de un Ju-87, o bombardero en picado “Stuka”, del que fue un verdadero conocedor.

 

        En el libro, con prólogo del coronel de la Luftwaffe, Von Below (1907-1983), con narrativa atropellada, Rudel nos narra sus comienzos en 1936 en el ejército alemán, y las pocas opciones que tenía en un principio, donde nadie creía en él, como piloto de la nueva Luftwaffe que se estaba entrenando para lo que iba a venir. Pronto, se ve desplazado al Frente Oriental, y el lector percibe que se salta muchos detalles y actuaciones, centrándose muchas veces en pequeños detalles, y dando por hecho que el lector sabe de qué fase de la guerra estamos hablando. Un lector que no conozca la Segunda Guerra Mundial, y su desarrollo en el Frente Oriental, puede perderse con facilidad.

 

        Rudel tuvo como base de operaciones cerca de cuarenta aeródromos desde que entró en combate. Pues su presencia, como hábil eliminador de carros era requerida constantemente a lo largo de todo el Frente, atacando igualmente a columnas de soldados como barcos de guerra mientras en su libro ataca, y ve como una amenaza mundial, el bolchevismo de la URSS.

 

        Es un libro entretenido, con pocas fotos (escasamente cinco o seis) lleno de acción y curiosidades, con algunas lagunas (no nos habla de su mujer, aunque sí que se casó durante el conflicto o sus propias ideas más allá del conflicto, aparte de su anti-bolchevismo). Al terminarlo, me ha dado por buscar más información de Rudel, guiado por una frase que tiene en la contraportada del libro que reza: “Las páginas de este libro no deben interpretarse como glorificación de la guerra y tampoco tienen la intención de rehabilitar a cierto grupo de personas y sus sistemas”, firmada por el propio Rudel, para descubrir en la sufrida Wikipedia, en que el tipo en realidad nunca no solo se arrepintió de su pasado nazi, sino que siguió ayudando y frecuentando a antiguos camaradas, perteneciendo a un grupúsculo de extrema-derecha hasta el día de su muerte.

 

        Es muy curioso que, al igual que Otto Carius (del que me quiero leer otra biografía en los próximos meses), ignora los campos de concentración (dice que no ha oído hablar de ellos), que no condena, sino que se va por las ramas, acusando a soviéticos de lo mismo (refiriéndose a gulags o campos de prisioneros de la URSS), o remontándose a la Guerra de los Boers. O, antepone la defensa de Alemania al seguimiento de cualquier partido político (refiriéndose al nazi), aunque ve a los jerarcas nazis como grandes jefes, y mejores personas. Aun así, también es cierto que no he encontrado evidencias de antisemitismo en el libro.

 

        Lo dicho: Para interesados en la Segunda Guerra Mundial. Rudel no era un gran escritor, pero tiene partes que son bastantes didácticas, mientras que otras, las encontraréis absolutamente caóticas.

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