Estos diez últimos días
se los he dedicado a un libro muy interesante: “El cruce de la metralla y otras
crónicas escritas en Primera Línea (1940-1944)”, del periodista de “Los Ángeles
Times”, Tom Treanor, y editado por Hécate (2018).
Son casi cuatrocientas
páginas, divididas en nueve capítulos, aparte del prólogo “La guerra en mil
palabras” y un “Prefacio”, y un anexo final dedicado a gran parte de los
periodistas estadounidenses que cayeron en la Segunda Guerra Mundial. La cifra
oficial es 54, pero se sabe que fueron más por circunstancias que explica el
propio libro: Algunos eran militares y periodistas, otros eran antiguos
periodistas metidos a militares…
Este libro recoge gran
parte de las crónicas de uno de aquellos periodistas , Tom Treanor, quizás uno
de los más famosos, ya que era objeto de interés de algunos compañeros (más
bien compañeras) que escribían crónicas del corazón (cómo suele llamarse al
chismorreo y cotilleo). Treanor tenía un estilo muy peculiar de escribir, que
parecía el de un diario con grandes dosis de propaganda, (algo por cierto, que he notado hoy en día cuando leo
artículos del National Geographic de articulistas estadounidenses), aparte de
mandar sus crónicas por correo, no por telégrafo, lo cual provocaba la publicación de crónicas
retrasadas en el tiempo, pero más extensas e interesantes para el lector.
Treanor visitó Europa
antes de la guerra, durante la guerra antes de que Estados Unidos entrase en el
conflicto, y hace sus artículos desde Rumanía, el norte de África, Malta,
Egipto y Birmania, antes de volver a Europa para presenciar el desembarco de
Normandía (en la Playa Utah) y acompañar a las tropas aliadas en su avance por
suelo francés.
Desgraciadamente,
falleció a consecuencia de un accidente de tráfico, antes de la toma de París,
con la que premonitoriamente llegó a soñar, y a escribir su último artículo
sobre ello. El libro está lleno de anécdotas, y tiene un estilo claro y
directo, sin barroquismos, un estilo sencillo que seguramente hacía la delicia
de sus lectores, pues parece que la guerra te la esté contando un amigo, con un
guiño de complicidad. Os lo recomiendo, si como a mí, os interesa la Segunda
Guerra Mundial. Os aseguro que os va a entretener mucho y vais acabar queriendo
saber más sobre Tom Treanor.
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