“La hora del miedo”
(2019) tiene, ciertamente, todos los ingredientes para ser una buena película…
Nueva York, Bronx Sur. Verano de 1977. Un verano chungo, muy caluroso, con un
asesino en serie suelto, y las 25 famosas horas de apagón que acabaron en
anarquía, tiros, robos y saqueos (es curioso, yo tengo un cómic de Conan El Bárbaro
en el que viaja en el tiempo a ese verano precisamente, lo
comenté en el blog hace un tiempo).
Una escritora de fama,
bloqueada, y con agorafobia, sufre en casa un bloqueo de la leche. Toda su vida
son cuatro paredes, el piso de su abuela, lleno de libros, folios a medio
escribir, cigarros y alguien que le quema el portero, o telefonillo, cada vez
que le viene en gana pulsándolo continuamente. Apenas tiene contacto con el exterior, ya que salir le
provoca ansiedad.
¿Y qué más?, pues ya
está. No sucede poco más. Una serie de personajes van apareciendo por el piso, mientras
ella busca la inspiración y la ciudad cae en el caos. Podría haber sido otra
cosa, porque por eso comento que tiene todos los ingredientes para ser una
buena película, pero no los aprovecha. Eso sí, Naomi Watts, se salva,
interpretando un papel bastante asfixiante dentro de ese pequeño apartamento,
aunque los que hemos pasado estos meses de confinamiento en 60m2 ya estamos
curados de espanto.
A ratos se vuelve
aburrida, y lenta. Y de miedo… Nada, por supuesto. La dejo a vuestra elección.
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