Con “Los hermanos
Willoughby” (2020) me he llevado una grata sorpresa. Película de animación
canadiense, que me ha parecido bastante original, tanto en su desarrollo, como
en su formato. Colorida como ella misma, y con una bella moraleja final, basada
en un libro de Lois Lowry.
Los hermanos Willoughby
viven con sus padres, en una vieja casa, antigua y que guarda la historia de
varias generaciones de la familia. Una familia que se caracteriza por ser todos
pelirrojos, y con un gran mostacho. “Un gran mostacho, conlleva una gran
responsabilidad”. Los padres Willoughby no sienten ningún tipo de afecto ni de
amor por sus cuatro hijos: Un chico, una chica y dos gemelos.
Solo se quieren así
mismos. El uno al otro. Así que, tras la aparición de una huérfana en la puerta
de su casa, idean un plan para deshacerse de sus padres, con la ayuda de una
niñera y de un fabricante de caramelos, muy especiales… Ahm, y de un gato
narrador, que se me olvidaba.
Orejones, flacos como
palillos, llenos de ingenio y faltos de amor. Si no tuviera tanto color, le
gustaría hasta a Tim Burton. A mi me ha parecido una buena cinta de animación.
La recomiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario