“Depraved” (2019) es una
película que nos devuelve el mito de Frankstein, esta vez a través de un
cirujano loco, que tras sufrir estrés postraumático, decide desde su
apartamento neoyorkino, crear vida, a través de un corta y pega de distintas
partes del cuerpo que el tipo se ha ido haciendo de excombatientes, menos el
cerebro, que es de un pobre chico, diseñador gráfico, al que le mete una jartá
de puñaláh en el minuto cuatro de película.
Al nuevo Frankie, lo llama Adam, y lo comienza
a educar como si fuera un crío, le enseña Historia, Música, Ciencias, y el ser
comienza a hablar... Y a querer saber más… Y la conciencia, y el saber, lo
hacen un monstruo… Maquillaje muy bien realizado, las imágenes psicodélicas
también muy chulas, tiene lagunas en el guión para parar un tren, y le sobran
unos cuarenta treinta minutos largos de metraje (se hace tediosa a partir de la
hora y poco), pero a mí me ha entretenido, sin llegar a tirar cohetes.
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