Lo malo de “Cuerdas”
(2019), es que, a los quince minutos, me he dicho… Esta película ya la he visto
yo… Pero cuando tenía diez años… Claro, se llamaba “Cujo” (1983) basada en un
libro de Stephen King…
Y es que “Cuerdas” no me
ha parecido muy original, porque su parecido con el clásico de King es,
asombroso. En la narrativa, tenemos a Elena, que es una joven que se ha quedado
tetrapléjica, por un accidente en el que falleció su hermana. Su padre, le compra un hurón y un perro, Athos
(al cual Elena no traga), para ayudarla en su día a día, y se trasladan a una
casa de campo, donde nada más llegar, al perro le muerde un murciélago (que
peligrosos son los muy joios, te transmiten de todo, pero son beneficiosos por
la cantidad de insectos que se comen, así que no les hagáis daño, ni os los
comáis), y al padre le da un infarto, falleciendo a tres metros de la puerta de
la casa.
Así que… Ya tenemos la
historia montada. Elena, (cuya actriz hace un papelón) tiene que intentar arreglárselas ella solita, con su incapacidad, y Athos, con la rabia por el cuerpo,
convertido, encima, en un enemigo feroz, rondándola (aparte de los fantasmas, claro
está) y acabando con su poca moral, en un ejercicio de supervivencia nato.
Se me ha hecho bastante
predecible, y si no conoces el clasicazo de Stephen King, pues la verás con
otros ojos distintos a los míos, pero… Bueno, la dejo a vuestra elección.
P.D: ¡Ay, los hurones y
las cintas de casete!, qué entretenidos son.
No hay comentarios:
Publicar un comentario