Ciertamente, yo no sabía
de dónde le venía al guerrillero, Juan Martín Díez, el mote de “El empecinado”.
Siempre pensé, que, el sobrenombre, le venía de lo perseverante y determinado
que era. Al leer este cómic, “El empecinado” (Cascaborra Ediciones, 2019,
dentro de su colección “Historia de España en viñetas”) con guion del maestro Miguel
Gómez Andrea “Gol” y dibujo y color de Agustín Garriga, me entero que ese
apelativo se lo daban a todos los naturales de Castrillo de Duero (aún se
conserva su casa en la localidad), ya que el arroyo (el Botijas) que por allí
pasa, va cargado de pecina o barro, de esa fusca verde en descomposición, que
tanto habita en mi cercano Guadiana, y, a la larga, ese apodo se convirtió en
sinónimo de obstinado.
El cómic se basa en la
vida del más famoso guerrillero de la Guerra de la Independencia española
(1808-1814) contra el invasor francés (no, no fue Curro Jiménez). Labrador, desde
bien joven, con dieciocho años, se enroló en la llamada Guerra de Convención
(1793-1795) contra Francia, luchando en el Rosellón. Vuelto a casa, se casó, y
volvió a trabajar la tierra en el pueblo de su mujer, Fuentecén (Burgos), hasta
que decidió hacerle la guerra a los franceses cuando se enteró que una muchacha
de su pueblo había sido violada por un soldado napoleónico. Pronto organizó un
sistema de guerrillas compuesto por familiares y allegados, a los que se les
fue uniendo, según sumaba victorias, voluntarios llegados desde diferentes
lugares, hasta alcanzar varios miles de hombres.
Mujeriego, desde el
principio defendió la vuelta de Fernando VII, y juró la Constitución de 1812. Cuando
durante el Trienio Liberal, Fernando VII incumple su promesa de ser un rey
constitucional, y reclama a los Cien Mil Hijos de San Luís para la restitución
del Absolutismo, El Empecinado se declara Constitucionalista y lucha contra los
realistas. Huido a Portugal, decide volver una vez que Fernando VII le ofrece
el indulto, algo que no cumple (claro está). El Empecinado es arrestado en
Olmos de Peñafiel, y ejecutado en la horca, sin juicio, en Roa de Duero, aunque
previamente fue denigrado e insultado en la cárcel de Nava de Roa.
El cómic de Gol y de
Agustín Garriga es una verdadera pasada. Sigue el estilo de los clásicos cómics
de aventuras, basándose en lo más relevante de la historia del guerrillero.
Tiene acción, un desarrollo narrativo trepidante, y es pura Historia. De lo más
recomendable.
P.D: El cómic da un dato
que yo desconocía. El Empecinado atacó y saqueó Cáceres en 1823 durante su
lucha contra Fernando VII.
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