Ramón de España (1956) y
Montesol (1952) solo colaboraron dos veces, en su juventud, en la Barcelona de
los años Ochenta. Ramón con el guión y Montesol con los lápices, en “La noche
de siempre” y “Fin de semana”, que se presenta en un solo volumen (EDT, 2012),
con prólogo de Isabel Coixet, y con epilogo del propio Ramón de España, y que
originariamente se publicaron en las revistas “Bésame mucho” y “Cairo”.
El subtítulo del
volumen, reza en pequeñas letras blancas mayúsculas: “Los dos clásicos sobre la
Barcelona de los 80, por fin en un solo volumen”, y Ramón de España medita,
transcendental, con los años, que aquella Barcelona ya no existe… Claro. En
estas dos historias se narra, ya se evoca diría, una realidad que ya nos es
ajena y distante. La de una sociedad de jóvenes, veinteañeros, que vivió el
post-franquismo, la transición, el terrorismo de ETA, del Grapo… El ascenso de
los nacionalismos periféricos… Y da igual que el escenario sea Barcelona Madrid
o la propia Badajoz (a pesar de ser minúscula y provinciana, me temo) … En
mayor o menor medida, estas historias, con alguna que otra diferencia sucedían
en las ciudades pobladas de punks, culturetas, borracheras y drogas, pubs y
locales, literatos y artistas mediocres, locos y locas, hippies desmadrados y
demás fauna que (exageradamente) el primer Almodóvar refleja en sus primeras
cintas.
Umbral escribió mucho
sobre ello, y lo vivió. En Madrid le llamaron “La movida”, y aquí tenemos un
reflejo en este tomito, a través de la historia de un escritor mediocre que
espera escribir su obra maestra, Alfredo, y un profesor desesperado porque a
sus alumnos no les interesa la literatura, Eduardo. Es parte de lo que
conocimos como “Underground”, y había cientos de fanzines (en blanco y negro, o
sepia) y cómics que reflejaban aquella realidad, algunos no llegaban al tercer
número, y otros son, a fecha de hoy, cómics y revistas cotizadas por los
coleccionistas en los mercadillos de fin de semana (me acuerdo de “El víbora” y
“Makoki” a nivel nacional, sin pensar mucho).
Todo es ir de un lugar a
otro, beber, conocer gente, vomitar, drogarse, intentar trincar (follar, vamos)
y vivir como se ya estuvieras de vuelta de todo, con Barcelona y sus habitantes
de fondo. Si lo viviste, reconocerás muchas cosas, historias y situaciones,
personajes, en la lectura de este cómic, y si por el contrario eres demasiado
joven, creo que bostezarás… Y no te culparé por ello.
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