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jueves, 20 de junio de 2019

La noche de siempre. Fin de semana (EDT, 2012) Ramón de España, Montesol.

 


        Ramón de España (1956) y Montesol (1952) solo colaboraron dos veces, en su juventud, en la Barcelona de los años Ochenta. Ramón con el guión y Montesol con los lápices, en “La noche de siempre” y “Fin de semana”, que se presenta en un solo volumen (EDT, 2012), con prólogo de Isabel Coixet, y con epilogo del propio Ramón de España, y que originariamente se publicaron en las revistas “Bésame mucho” y “Cairo”.

        El subtítulo del volumen, reza en pequeñas letras blancas mayúsculas: “Los dos clásicos sobre la Barcelona de los 80, por fin en un solo volumen”, y Ramón de España medita, transcendental, con los años, que aquella Barcelona ya no existe… Claro. En estas dos historias se narra, ya se evoca diría, una realidad que ya nos es ajena y distante. La de una sociedad de jóvenes, veinteañeros, que vivió el post-franquismo, la transición, el terrorismo de ETA, del Grapo… El ascenso de los nacionalismos periféricos… Y da igual que el escenario sea Barcelona Madrid o la propia Badajoz (a pesar de ser minúscula y provinciana, me temo) … En mayor o menor medida, estas historias, con alguna que otra diferencia sucedían en las ciudades pobladas de punks, culturetas, borracheras y drogas, pubs y locales, literatos y artistas mediocres, locos y locas, hippies desmadrados y demás fauna que (exageradamente) el primer Almodóvar refleja en sus primeras cintas.

        Umbral escribió mucho sobre ello, y lo vivió. En Madrid le llamaron “La movida”, y aquí tenemos un reflejo en este tomito, a través de la historia de un escritor mediocre que espera escribir su obra maestra, Alfredo, y un profesor desesperado porque a sus alumnos no les interesa la literatura, Eduardo. Es parte de lo que conocimos como “Underground”, y había cientos de fanzines (en blanco y negro, o sepia) y cómics que reflejaban aquella realidad, algunos no llegaban al tercer número, y otros son, a fecha de hoy, cómics y revistas cotizadas por los coleccionistas en los mercadillos de fin de semana (me acuerdo de “El víbora” y “Makoki” a nivel nacional, sin pensar mucho).

        Todo es ir de un lugar a otro, beber, conocer gente, vomitar, drogarse, intentar trincar (follar, vamos) y vivir como se ya estuvieras de vuelta de todo, con Barcelona y sus habitantes de fondo. Si lo viviste, reconocerás muchas cosas, historias y situaciones, personajes, en la lectura de este cómic, y si por el contrario eres demasiado joven, creo que bostezarás… Y no te culparé por ello.

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