Aprovechando que tengo, desde
hace varios años, el DVD en casa. Ayer me dio por volver a ver “Esquilache”
(1988). Película protagonizada por Fernando Fernán Gómez, que, en el instituto,
vi a medias, en algunas escenas cortadas y mal pegadas (en vídeo) de cierta profesora
de Historia, hace treinta años años, y que posteriormente he disfrutado alguna
que otra vez.
El caso es que la cinta me
pareció maravilla. En comparación con el tipo de cine histórico que solemos
disfrutar hoy en día, escaso, parcial, y con muy mala ralea.
La historia es conocida. El
Marqués de Esquilache viene desde Italia (Nápoles concretamente) acompañando a Carlos III, junto a
Grimaldi, Sabatini… Para ayudar en el gobierno, y de paso, engrandecer Madrid.
Pero, el bando que prohíbe las
capas largas y el sombrero de ala ancha, hará que estalle una revuelta popular
en contra de su persona. Y es que, Esquilache, no es nada querido por el pueblo
de Madrid. Están en contra del empedrado, del embellecimiento y del alumbrado
de la ciudad y villa. Y, dicho sea de paso, tampoco es muy querido por la
nobleza, por su manía a trabajar, y por sus ascensos sociales.
En fin, película de lo más
recomendable. La trama sentimental sobra, en mi opinión, ya que añade poco o
nada, pero… Es una gran cinta histórica, para ver, constatar, y mover la cabeza
ante ciertas cosas…
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