Jaime
Martín no es un desconocido por aquí, por el Patio-Lavadero. Hace unos meses le
dedicamos unas líneas a su cómic “las Guerras Silenciosas” (busca la entrada en
nuestro buscador de posts, tiene que estar a tu derecha, en algún lado…), que
fue un cómic que nos encantó. Ahora vuelve con “Jamás tendré veinte años”
(2016) publicado por Norma (originalmente en francés), que es otro álbum que me
ha encantado, y que reconozco habérmelo leído de una sentada, porque la
historia que cuenta es fascinante.
Esta vez, Jaime nos cuenta la historia de sus
abuelos. Isabel, una joven que quería ser costurera, con amigos en la CNT, y
que vivía en el peor lugar en el que podías estar el día del Golpe de Estado
del 36: En Melilla. La joven Isabel debe huir por los tejados de Melilla para
evitar correr la misma suerte que sus amigos, fusilados y tirados como perros
muertos en un campo cercano de la ciudad. Jaime, su abuelo, miliciano desde el
primer momento, estará en batallas importantes del conflicto como artillero, y
posteriormente intentará pasar desapercibido en Valencia y en Barcelona.
Los dos, perseguidos en la postguerra por su
pasado, intentarán hacer todo lo posible por sobrevivir en la España de los
años cuarenta. Perseguidos, atosigados, chantajeados… Pero poco a poco
levantarán cabeza, y los quebraderos vendrán con la adolescencia de tres
jovencitas, sus hijas…
Con un dibujo fantástico, y un colorido
sublime. Jaime Martín no te va defraudar con este álbum. Una historia
fascinante, un desarrollo narrativo conciso y estudiado. Lo recomiendo.
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