“Se te nota algo cansado”, me dijo Micho I de Gato nada más entrar en el Patio-Lavadero. Tomaba los últimos rayos de la tarde en el mismo lugar donde hace un par de años, mi desaparecido Michel IV de Gato promulgaba la independencia y nacimiento de la Republica Independiente del Patio-Lavadero y declaraba el Estado de Excepción de la mitad de la casa.
“No paro, Micho.“ le comenté echándome a su lado. “Entre exámenes, reuniones y viajes… No tengo ni un minuto para escribir en Arte Extremadura o estudiar las oposiciones, y comienzan el 25 de Junio…”. Micho ladeó la cabeza, olfateando con su hocico el aire. “Te veo de nuevo en el paro, Duncan de Gross.” Maulló. Y la sola idea de verme de nuevo buscando trabajo hizo que un escalofrío me recorriera la medula espinal de arriba abajo. Eso y que me había apoyado encima de una piedra. “Míralo por el lado bueno…”, susurró Micho enigmático, “…Volverás a vivir intensamente la boheme de nuevo. Nuevas performances, nuevos cuadros y poemas… Y, en circunstancias extremas es cuando Clio, la ligera de ropa, te dicta al oido las mejores historias...”, remató mientras se levantaba, y con la elegancia que un gato frac puede tener, se dirigió a la puerta. “¿Qué vamos a ver esta noche?”, preguntó jovial, cambiando radicalmente de conversación. “El violinista en el Tejado”, le contesté incorporándome. “Bien, parece interesante.” susurró, y su sombra desapareció tras la esquina del pasillo.
“No paro, Micho.“ le comenté echándome a su lado. “Entre exámenes, reuniones y viajes… No tengo ni un minuto para escribir en Arte Extremadura o estudiar las oposiciones, y comienzan el 25 de Junio…”. Micho ladeó la cabeza, olfateando con su hocico el aire. “Te veo de nuevo en el paro, Duncan de Gross.” Maulló. Y la sola idea de verme de nuevo buscando trabajo hizo que un escalofrío me recorriera la medula espinal de arriba abajo. Eso y que me había apoyado encima de una piedra. “Míralo por el lado bueno…”, susurró Micho enigmático, “…Volverás a vivir intensamente la boheme de nuevo. Nuevas performances, nuevos cuadros y poemas… Y, en circunstancias extremas es cuando Clio, la ligera de ropa, te dicta al oido las mejores historias...”, remató mientras se levantaba, y con la elegancia que un gato frac puede tener, se dirigió a la puerta. “¿Qué vamos a ver esta noche?”, preguntó jovial, cambiando radicalmente de conversación. “El violinista en el Tejado”, le contesté incorporándome. “Bien, parece interesante.” susurró, y su sombra desapareció tras la esquina del pasillo.
4 comentarios:
Se te pone interesante con el paso del tiempo Micho. Aprende rápido el gato listo.
Es legendaria la intuición felina...pero seguro que lo hace para chincharte y reclamarte más presencia.
No hay tiempo para todos y para todo por mucho que nos quieran vender :-)
Salu2
Haz como Micho, piensa en el lado positivo que tiene el estar ocioso...
Un beso Andrés.
Quien sabe qué nos deparará el destino a partir del 30 de junio... Mis opos no saldrán hasta finales de año y eso siendo optimista jeje. Y mientras también al paro y a la incertidumbre de si volveré a tener suerte en septiembre u otra vez tendré que cumplir condena en los barrios bajos... Es lo toca my friend.
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