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miércoles, 26 de febrero de 2025

Érase una vez el Oeste (2025)

 

        Los más fans del western, de las viejas historias del Lejano Oeste, estamos de enhorabuena con la serie, o más bien miniserie de una temporada y seis episodios: “Érase una vez el Oeste”, que producida por Netflix y estrenada en 2025, ha venido a darle una nueva vuelta de tuerca al género con una historia francamente interesante, y hasta didáctica, lo cual hace que me guste aún más.

        El cine nos ha dado muchas películas basadas en historias reales de aquellos convulsos años: La Conquista del Oeste, los ataques de los indios, las masacres del ejército de los Estados Unidos, la creación de nuevas ciudades, vaqueros, pistoleros y mil episodios más, pero también es cierto, que, hay ciertos capítulos de aquella historia que no han sido narrados aún.


        Uno de ellos, que yo reconozco que solo conocía muy de pasada, es la llamada “Guerra de Utah”. Un episodio que discurrió entre mayo de 1857 y julio de 1858, y que también se conoció como “La Guerra Mormona” (de hecho, yo lo poco que sabía me lo había comentado un mormón hace 20 años), “La Rebelión Mormona”, o la más larga y romántica de las definiciones: “La Metedura de pata del Presidente Buchanan”…

        En realidad, aquello no fue una Guerra con sus batallitas, pero sí tuvo algo de guerra que involucró al ejército de los Estados Unidos, a los Mormones que se estaban estableciendo en Utah desde 1847 (diez años antes de los hechos narrados en la serie), y que llegaron a tener tanto poderío como la creación de un ejército propio, “La Legión Navoo”, y que habían sido expulsados de otros estados como Ohio, Misuri e Illinois, y por otra parte, a los indios de distintas tribus, algunos más belicosos que otros, que se veían desplazados continuamente de sus tierras por la llegada masiva de hombres blancos, y el propio ejército de los Estados Unidos que iba tomando posiciones en la zona, al principio, en franca minoría, pero con los años con más presencia… De hecho, para el final de la Guerra de Secesión, diez años después de los acontecimientos narrados en la serie, el ejército de la Unión se hizo fuerte en la zona, aunque los Mormones también continuaron con su labor misionera por la zona, ya sin mayores problemas.

        La serie se centra en dos arcos fundamentales, aunque hay algunas subtramas, narrativas secundarias, que me han llegado a recordar a ciertos videojuegos de rol basados igualmente en esta época tan movida.


        Por un lado, tenemos a una mujer soltera, Sara Rowell, que, acompañada de su hijo, intenta atravesar el peligroso Estado de Utah para llegar hasta su marido. Para ello, intenta contratar a alguien que los lleve hasta su destino, esquivando bandidos, peleas, tiros, indios, y gente poco recomendable, además de los elementos climáticos típicos de la zona, como nevadas del santo copón.

        De manera paralela, tenemos la historia de Jacob y Abiss, un matrimonio mormón, que intenta llegar con los suyos en una caravana compuesta por colonos que van hacia California, y donde hay mormones y gentiles. La caravana es atacada por indios y mormones disfrazados de indios que cubrían sus rostros con capuchas, acabando con hombres, mujeres, niños y todo lo que se movía.


        Este hecho, La Masacre de Mountain Meadows, fue completamente real, aunque la serie lo resume en un ataque certero de apenas media hora (ni siquiera llega), cuando en realidad fue un asedio de cinco días a los colonos, que, una vez pactada su rendición, fueron masacrados sin piedad por los mormones, perdonando la vida a solo diecisiete niños pequeños menores de siete años. El episodio de la Masacre es uno de los que más acción tiene de toda la serie.

        En la serie, Jacob y Abiss sobreviven a la Masacre, pero son separados. Jacob es dado por muerto cuando un indio le intentó cortar la cabellera, y Abiss ve como sus compañeras y amigas son degolladas por los indios de “Pluma Roja”, un jefe indio que se encapricha de ella. Jacob recurrirá al ejército y a sus hermanos mormones para recuperarla, sin sospechar al principio que han sido sus correligionarios los culpables del ataque, en pos de su autonomía, y hasta posible independencia de los Estados Unidos.


        En definitiva: Tengo que reconocer que la serie me ha entusiasmado. Me ha tenido pegado a la pantalla los seis episodios, y no he visto nada raro en armas e indumentarias, aunque si es verdad que los uniformes de los soldados me confundían un poco al parecerme una mezcla de los futuros uniformes yanquis y confederados.

        Tiene buenas escenas de acción, buenas interpretaciones y el violento, real y sórdido como marcaba la época en realidad. Nada de camisas requetebién planchadas tipo John Wayne. Tipos rudos, guarros, de gatillo fácil y donde la muerte está muy presente. Es la ley del más fuerte y eso se refleja pronto, rápido y bien.

        Personalmente, me ha gustado más la historia de Jacob-Abiss, los mormones y los indios, que la de Sara, su hijo y el periplo imposible hasta llegar hasta el supuesto marido de Sara, que me ha parecido más increíble, pero en el conjunto global aprueban y con nota.

        De hecho, de nota le doy un 7, y os la recomiendo fehacientemente. A mí me ha ayudado mucho a aprender una parte de la Historia que casi desconocía, y solo por eso, ya me valió la pena.

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