Me ha vuelto a pasar que algunos seguidores habituales, tanto del Blog como del Canal, me han preguntado si no iba a hacer una reseña de una serie que ellos habían visto, y que estoy convencido de que estáis ahí viéndome, o leyéndome, ahora justamente.
La serie concreta es “Agatha, ¿Quién si no?”. Serie del Universo Marvel, serie de nueve capítulos, de 2024, que es un spin-off de otra serie marveliana en la que ella es la malvada supervillana”, “Wandavisión”, serie de 2021 que comentamos en plena pandemia en el blog, y que no me disgustó en su día, y que fue lo que me animó a comenzar a ver precisamente “Agatha”.
Lo que ocurre es que “Agatha” me ha dejado un poco desangelado, ni fú ni fá. Agatha, Agatha Harkness, creada por el mismísimo Stan Lee, y con Jack Kirby a los lápices, no es aquella bruja esquelética, y viejuna de pelo blanco, que conocía de los cómics de Marvel de principios de los ochenta, que tenía cierta relación con “Los Cuatro Fantásticos” y “Los Vengadores”, mentora de “La Bruja Escarlata”, que oscilaba entre enfrentarse a héroes o ser una villana…
Tampoco fue un personaje que a mi me marcara en su día, ni muchísimo menos, pero como siempre suelo caer en la trampa de ver todo lo relacionado con Marvel, me enganché a la serie hace un par de meses y la acabé hace un par de semanas. ¿Qué hacer, la comento o no? Al final, algunos me habéis pedido que opine, y vamos a opinar…
Muchas veces os lo he comentado, si somos sibaritas de los cómics, o de los libros que leemos, un personaje como Agatha no pasa el corte, pero en plena reinvención de los personajes Marvel, donde próximamente vamos a ver a un Ojo de Halcón de origen indio, por poneros un ejemplo… Agatha entra en el juego perfectamente.
¿Qué tenemos en la narrativa de la serie? Dos años después de los acontecimientos narrados en “Wandavisión”, donde una enloquecida Wanda Maximoff había fallecido al destruir el Darkhold, o el Libro de los Condenados, la Bruja Agatha Harkness vive en un hechizo donde es una detective de policía. La aparición de un joven que no puede decir su nombre porque tiene un hechizo en la boca romperá el hechizo, la realidad distorsionada en la que vive la propia Agatha, que ha perdido sus poderes.
Agatha lo toma casi como una mascota o esclavo, mientras reúnen un nuevo aquelarre de Brujas de lo más variopinto. La misión de Agatha es recorrer el Sendero de las Brujas, y recuperar sus poderes aunque eso cueste la vida de algunas brujas por el camino. El chico, que al principio es un lelo de cuidado, resultará ser uno de los hijos de La Bruja Escarlata, Billy, que se revelará como un gótico homosexual metido en el cuerpo de un joven judío fallecido en un accidente de tráfico, y que, tras confiar y admirar durante mucho tiempo en Agatha, se dará cuenta de la verdadera naturaleza de la bruja.
Por el Sendero de las Brujas, donde cada uno se conoce a sí mismo y su objetivo en la vida, las Brujas y Billy deberán enfrentarse a viejas enemigas de Agatha, como las Siete de Salem o la mismísima Muerte que fue amante de Agatha en un pasado, y que la acecha continuamente.
En definitiva: La serie me ha parecido entretenida, aunque sin tirar cohetes. Disney sigue cojeando del pie woke que la ha llevado a perder millones de dólares en los últimos años, pero parece que se han dado cuenta en esta ocasión que una serie sencilla, sin conexiones marvelianas innecesarias, ni grandes efectos especiales, puede llegar a ser efectiva. Acierta en ser una continuación, aunque no lo parezca, de aquel Universo de Wanda, aunque no verás por aquí a La Bruja Escarlata, ni grandes peleas, pero si algo de guiños, cierto humor y a ratos una especie de “Escape Room”.
Insisto… Sin tirar cohetes, le doy un 5, pero me quedo ahí. El final queda muy abierto, no sé si pensando en una nueva temporada, o en la conexión con alguna de las grandes películas de Marvel anunciadas para los próximos años. Todo se verá. De momento, lo dejo por aquí.
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