Si hay algo que caracterice a
Netflix, es su facilidad para colarnos entre películas buenas, o aceptables,
alguna que sea regular o de serie B directamente. La plataforma te da una cal y
otra de arena, y cuando lo hace, lo hace por todo lo grande, colándote la
susodicha en la parrilla de las películas más vistas de España.
Ese es el caso de “El Entresuelo” (Netflix, 2022), película
que parece haber sido rodada por unos colegas en un par de fines de semana,
estando aburridos en un pueblo perdido de Oregón o de la Columbia Británica, y
con un Henry Thomas, nuestro mítico Elliot de ET, metido a un fontanero difícil
de matar, padre de familia y devoto marido.
En la narrativa: Robert Mitchell y su mujer pasan apuros
económicos. Él es un fontanero local cuya principal característica es fiarle a
todo el mundo, por lo que no llega a fin de mes. Ella, es la contable a tiempo
parcial del aserradero local. Los dos acaban de ser padres de una niña, y él se
opone a que ella retome su trabajo en el aserradero de Tim, su jefe, en un
alarde de padre de familia responsable, algo que ya hace tiempo no se estila
por el mundo, pero es lo que hay.
De manera paralela. Dos tipos, que recuerdan a los Malos de
la película “Air Bag” o de toda la saga de “Solo en Casa”, y que se autodefinen
como “Profesionales”, “Muy y mucho profesionales”, pero que resultan patéticos
hasta extremos insospechados y que te darán vergüenza ajena, llegan a la casa forestal
de Tim, el jefe del aserradero, mientras que el propio Robert Mitchell está en
el entresuelo de dicha casa haciendo cosas de fontanero.
Los Malos acaban con Tim al no encontrar el dinero que
buscan, y es que Tim está metido en blanqueo de dinero y mil movidas más hasta
las cejas, mientras que Robert es testigo de lo ocurrido.
Los Malos pretenden acabar con Robert, sin contar conque el
fontanero es un puñetero “McGyver” difícil de matar, que lo mismo te hace una
cerbatana con dos tubos, que se hace las garras de Vega el de “Street Fighter”
con tres hierros y cinta americana, y que pone en un brete a los Malos al
sobrevivir a todos los ataques de los mismos. Y de paso, Robert se hace con el
dinero que buscan los patéticos malvados.
A la par, una agente especial del FBI llega investigando a
Tim y ese rastro de dinero. Pronto, una policía local que en un principio
parece escapada de un cuento infantil, se le une en su investigación, pero esta
resulta estar con los Malos, que la eliminan a las primeras de cambio para
repartirse entre menos el botín, en una batalla final donde todo acaba con un
final feliz. Bueno, más que eliminarla, se la quitan de encima con un tiro en
el hombro por la espalda.
El epílogo nos muestra a Robert recibiendo un sobre lleno de
pasta en el buzón de casa, dejado allí por el Sheriff, que se ha saltado
tropecientas leyes estatales, federales, regionales y judiciales para darles
dinero manchado de sangre, prueba de una investigación policial en curso, pero
el matrimonio lo celebra como si les hubiera tocado la Lotería. Fin.
En resumidas cuentas: Película poco original de una hora y
media, a la que le sobran treinta minutos de inventos y autocuras del fontanero
que se comporta como un maldito comando en el entresuelo de la casa. Es
previsible, y sabes perfectamente desde que se monta el quilombo que al niño de
ET no se lo van a cargar así como así. Puede llegar a entretenerte, pues dentro
de su género B para C, no está mal del todo, y por ello yo le doy un 5 de nota.
A veces, ocho o nueve amigos en dos o tres semanas pueden llegar a hacer algo
más o menos entretenido sin llegar a tirar cohetes. Este, quizás, sea uno de
sus casos. Netflix, como digo, una de cal y otra de arena.
Lo dejo por aquí, y ya me comentaréis que os pareció a vosotros esta película, “El Entresuelo”.
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