Varios meses después de su
estreno en cine, me he atrevido a alquilar en Amazon Prime la película
marveliana “Ant-Man y La Avispa: Quantumania” (Marvel, 2023) que nos trae una
nueva aventura de la Familia Pym y sus relaciones con el mundo cuántico.
La verdad es que he necesitado
dos días en ver la película, ya que no puedo con tantísimo pasteleo, y menos si
son dos horas que se te hacen cuatro.
Mezcla entre un cuadro de Dalí,
dramón familiar que ríete tú de los culebrones venezolanos, algo de Star Wars,
algo de Dune y Mad Max en menos medida, y sobre todo muchos colorines, mucho
horror vacui y caos narrativo brutal, que no hay por donde pillarlo.
La narrativa me la voy a
ahorrar, porque me costaría resumir brevemente, y con un mínimo de coherencia,
lo visto. Pero, os adelanto que entre los malvados tenemos a Modok (antigua
Chaqueta Amarilla), una versión de Kang El Conquistador (¿Es el mismo que se vio
en la serie “Loki”? y a Bill Murray haciendo de Bill Murray, aunque aquí le
llamaremos Krylar, y dura, afortunadamente, bien poco.
El humor simplista y absurdo de Ant-Man, se
choca de frente con el discurso serio de Kang, con el que llegas a empatizar
llegado el momento, pero al ser una película Marvel, este caerá en combate contra
unos de los héroes más débiles del Universo Marvel, si nos olvidamos de Ojo de
Halcón y Viuda Negra.
En las escenas post-créditos,
verás en una primera, una reunión de versiones de Kang planeando la venganza… Y
en una segunda, algo más interesante, la aparición de Victor Timely, una
versión de Kang de principios del S.XX, que está siendo observada por un
acojonado Loki…
P.D: A vuestra voluntad. A mi
este tipo de películas cada vez me cansan más. Estoy seguro que hace 40 años la
habría disfrutado, pero hoy por hoy, va a ser que no…
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