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domingo, 31 de enero de 2021

Los 28 hombres de Panfilov (Rusia, 2016)

 

        Desde hace unos años, nos llega desde Rusia toda una serie de películas, basadas en la Segunda Guerra Mundial, y en la valentía de los soldados soviéticos en su lucha contra el nazismo. 


          En cuanto a calidad, hay de todo, y ya en el blog le he dedicado algunas entradas a algunas de estas películas, algunas mejores que otras. Hoy he tenido la oportunidad de ver una de esas citadas cintas, a la que le sobra sin pestañear, poco más de media hora, e inspirada en un caso real de la guerra, que se ha llegado a mitificar tanto, que hay personas que creen que fue más una leyenda, que una verdad certera. 


           Pero, hasta donde yo sé, y posteriormente he podido averiguar, “Los 28 hombres de Panfilov” (2016) existieron, y ciertamente, fueron unos tipos duros (pero no tanto quizás como los de la película), y su historia se ha ido tergiversando con el tiempo, y hasta hay artículos que lo tachan de mito. 


         Estamos en noviembre de 1941, y los soviéticos resisten en imparable avance alemán (es curioso, pero en la película se habla de rusos, no de soviéticos). Nuestros héroes, los 28 hombres del general Iván Panfilov, con impecables uniformes (sin manchas y planchaditos) y con más parches de estrellas rojas que un punky de los ochenta, disertan durante los primeros cuarenta minutos de película sobre las películas de Kurosawa, la vida, la filosofía y la religión (los nazis son unos paganos que queman iglesias, todo lo contrario de Stalin que permitía la libertad de cultos…) y mil disertaciones más, que hacen al espectador temblar en el sofá.


         Pronto llegan los nazis, sin apoyo aéreo y con escasa puntería, avanzando al tuntún por el helado campo ruso, y los 28 hombres de Panfilov comienzan a repartir fuego de artillería, tiros y balazos anticarros, dejando a la 11ª División Panzer con el culo al aire. 


         Pronto, te das cuenta que estás ante un mito nacional, más que ante un filme histórico. Los nazis caen por cientos, y a pesar de que las escenas de acción están entretenidas, sabes que la película no va más allá, por lo menos para el espectador de este lado del Muro, que el puro entretenimiento. Aparte, todo hay que decirlo, que el doblaje al castellano deja mucho que desear por parte de algunos actores encargados de ello. 


          Entre tiro y tiro y ramillete de granadas, disertación filosófica, para ir amenizando la hora y tres cuartos de partido, y concluido el tema, quedan seis tipos en pie, que dan origen a que la historia se propague y a los que se les dedica las estatuas colosales que salen al inicio de los créditos finales, que duran quince minutos (Marvel, chúpate esa).

         Al final, la conclusión a la que llego, es que hay muchos cineastas rusos, incluyendo supongo a la gran mayoría de la cúpula gubernamental, que aún sufren orgasmos al recordar las hazañas bélicas de la dictadura comunista (aquí, afortunadamente, no hacemos películas desde ese punto de vista, sería fascista), y que, posiblemente, alguna que otra película más sobre este tema, nos venga tarde o temprano. Y yo la veré con mucho gusto, al fin y al cabo, me entretienen bastante. La dejo, pues, a vuestra elección.

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