Precedida con la
polémica de que si la película vale o no vale los 22 leuros que te cobran por
verla… Hoy hemos visto “Mulan” (2020), película de Disney, que te viene a
narrar una historia ya conocida, ya contada en animación hace un tiempo, pero
que retoma una vez más dentro de un mundillo cada vez más falto de ideas
originales.
Mulan es una nena que
vive en la China del S.VI. Se comporta como un chico (es lo que dan a entender,
no lo digo yo), correteando detrás de gallinas y por los tejados de su hogar.
Un día, unos malvados guerreros que visten de negro (por eso son doblemente
malos), acompañados de una poderosa hechicera, comienzan a atacar y a diezmar
el país.
El emperador recluta a
un hijo varón de cada familia para hacerle frente a la invasión, pero en el
caso de la familia de Mulan, es ella la que se disfraza de zagal para ir a la
batalla, con resultados desiguales.
Finalmente, se descubre
la verdadera identidad de Mulan, y eso hará que nos planteemos el machismo que
había en la China del S.VI donde una mujer no podía ir a la guerra a que se la
cargaran en una batalla, y sin embargo, muchos jóvenes tenían que ir a ver como
los ensartaban, decapitaban o machacaban a espadazos o flechazos.
La película no vale los
22 leuros. Pero tampoco es mala. Como habréis adivinado, le sobran treinta
minutos de metraje para no bostezar, y la música pasa completamente
desapercibida. Posiblemente la olvidaré pasado mañana. La dejo a vuestra
elección.
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