Los seguidores de la
Editorial Cascaborra estamos de enhorabuena. Cascaborra, que es la editorial a
la que más entradas le hemos dedicado en este blog, es la única del país que ha
apostado por contarnos, valientemente, la Historia de España a través del cómic
desde hace poco más de dos años, desde la antigüedad hasta (de momento) la
primera mitad del S. XX. Si no conoces su colección “Historia de España en
viñetas”, te aseguro que es de lo mejor que tenemos actualmente en el mercado.
Cascaborra, a lo tonto,
nos está enseñando a través de la viñeta. Su labor didáctica creo que está
fuera de toda duda. Y nos enseña con el cómic en la mano, nuestras victorias,
derrotas, y vergüenzas, apostando por autores nacionales, de todas las edades,
que están dejando el listón muy alto.
Siguiendo en esa línea,
de manera paralela, ha nacido una segunda colección en la editorial, cuyo
primer volumen ha salido durante este mes de septiembre de 2020, “División Azul”
(con guion y dibujo de Fran Jaraba), con un contenido más literario, más libre
de la Historia, pero son abandonar del todo ese trasfondo, y dándole más alas a
la imaginación del lector.
“División Azul” nos sitúa
en plena Segunda Guerra Mundial. El contexto histórico inicial, por parte del
autor, nos confirma que el cómic está bien documentado, lo cual no es baladí. La
Alemania nazi de Hitler ha atacado sorpresivamente a la URSS, y al grito de “¡Rusia
es culpable!”, miles de jóvenes españoles se alistan para luchar en el frente
oriental. Algunos son falangistas exaltados, otros excombatientes, y también
los hay que quieren ir al Frente para interceder por un familiar encarcelado demostrando
su simpatía por el naciente régimen franquista.
El caso de Santi, un
gallego de Santiago de Compostela, es distinto. Comunista convencido, que ha
perdido todo durante la Guerra Civil, se ofrece a ir como agente infiltrado en
la “División Azul” para hacer llegar los planos fotografiados (en negativo) de
los avances alemanes en cuestión nuclear, que podrían inclinar la balanza.
En la URSS, Santi
coincidirá con una antigua amiga, una enfermera enrolada en la División Azul, y
que tiene sus mismas inquietudes. Igualmente, conocerá el horror de la guerra,
los muertos y heridos, y que la URSS no es ningún paraíso social, tal como
había imaginado.
Las ochenta páginas de “División
Azul” están divididas en nueve episodios, que nos van centrando en las
vivencias de Santi durante su trayecto, con un dibujo sencillo, la narrativa se
complica a la par que se hace más inquietante, según va desarrollándose su
periplo en la URSS. Es un cómic autoconclusivo, que, como digo, a pesar de ser
pura ficción, tiene su trasfondo histórico y te engancha con facilidad.
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