“Plan de salida” (2019) es
una película rara de narices. La sombra de “Juego de Tronos” es alargada, y me
trago sistemáticamente, cualquier cosa donde salgan sus actores principales.
Craso error, lo sé.
En este caso, tenemos a
Nikolaj Coster-Waldau, aquí Max, que es un agente de seguros de vida. El tipo
se quiere suicidar porque le han descubierto un tumor cerebral incurable,
aparte de estar pasando una crisis existencial del tamaño de una locomotora. Se
intenta suicidar varias veces, sin éxito, y mientras investiga un caso de un
asegurado desaparecido, averigua que hay un hotel, el hotel “Aurora”, que te
ayuda a suicidarte con las mejores “técnicas”…
Estando en el hotel,
comienza a ver cosas que le chirrían bastante, y que le hace plantearse algunas
decisiones. Es una película lenta, difícil de digerir precisamente por su
lentitud (y su ida de olla), y a la que yo, como espectador de la Extremadura
rural, le arreglaría los desajustes y las dudas con una visita a un pantano y a
corretear bajo el sol, que están muy grises y mustios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario