La curiosidad, tras ver
la película “Sordo”
(2018) hace unos meses (prácticamente con el inicio del confinamiento), me han
llevado a interesarme por el cómic, que llevaba en mis estanterías meses, como
comentaba cuando hice la entrada de la película, pero que no me ha dado por
cogerlo y echarle un vistazo hasta ayer mismo…
“Sordo” (2008) es un
cómic de David Muñoz (guion) y Rayco Pulido (dibujo), y la edición que tengo es
de Astiberri (septiembre 2018), que al parecer fue rotulada nuevamente, aparte
de estrenar nueva portada y añadir algo de material extra, como fragmentos de
la sinopsis, bocetos de los personajes y unas reflexiones, diez años después,
de los dos autores que arrojan luz al proceso de creación narrativo.
Como suele suceder. El
cómic lo he disfrutado mucho más que la película. Tras leer el cómic, no llegas
a entender porque hay tanto artificios cuando la narrativa del cómic, muy
visual, es más que potente para hacer una buena historia sin añadirle nada más.
De hecho, son casi dos historias diferentes.
Nos encontramos en 1942,
en un punto inconcreto del Norte de España, y un grupo de soldados republicanos
infiltrados, intenta volar un puente. La operación sale mal, y Anselmo, uno de
los guerrilleros, se queda completamente sordo, y solo, tras la explosión.
Desde ese momento, la lucha de Anselmo ya no es contra el Franquismo, sino por
su propia supervivencia, en un territorio que le es hostil, y con el obstáculo mayúsculo de
su sordera. Recurre a conocidos, y se refugia en el monte, donde lucha hasta
con la climatología, mientras los recuerdos, el pasado, lo asedian
continuamente, en sus sueños, en su mente…
En riguroso blanco y
negro, “Sordo” es uno de esos ejemplos del gran poder de la imagen para
transmitir hechos, sentimientos, y contar de paso una buena historia…
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