“Spy Cat” (2018) es una
divertida película de animación. Sin tirar muchos cohetes en el diseño de sus
personajes, cuenta la historia de Marnie. Una gata doméstica que está alucinada
con las películas y las series de espionaje, tanto, que se cree realmente una
agente especial.
Un día, a su casa, llega
el hermanastro de su dueña. El tipo resulta ser un ladrón internacional, y con
engaños, consigue echar a Marnie de casa, que no tarda mucho en desenmascararle,
pero que es engañada con mucha felicidad, creyendo que está en una misión para
lograr resolver una serie de robos.
Una vez en mitad de la
nada, Marnie se une a un perro guardián que quiere ser tiroteado por su dueño,
un gallo al que quieren matar las propias gallinas de la granja, y un burro que
se pinta rayas para parecer una cebra, y que va de artista de circo por la
vida.
Estos modernos “Músicos
de Bremen”, intentarán por todos los medios resolver los robos que se están
dando en su pueblo, mientras luchan contra sus propios destinos y problemas.
No está mal, entretenida
y sencilla, pero con un par de guiños y de toques de humor… Sin pasarse, claro…
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