“Espías con disfraz”
(2019) es una divertida película de animación, con un James Bond típico, Lance
Sterling (Will Smith), como protagonista. Espía apuesto, que sabe manejarse en
todas las situaciones, y que tiene a su disposición toda la tecnología propia
de las películas de espía: Cochazo (menuda publicidad para Audi), aviones,
aparatejos increíbles que hacen de todo, etc.
Es admirado por todos,
pero después de una misión, se le acusa de robar el objetivo. Él sabe que es inocente.
Pero, de pronto, todo su mundo se viene abajo cuando sus propios compañeros lo
quieren atrapar.
En su huida, recurre a un
ex empleado de su agencia, Walter Beckett, que es un friki de las palomas, y de
las telenovelas coreanas. Walter es el inventor de todos los artilugios que usa
Lance en sus misiones. En casa de Walter, accidentalmente, Lance es convertido
en paloma. Y, a raíz de este hecho, comienza una aventura doble. Por un lado,
Lance, tiene que volver a su forma humana, y a la vez, investigar quien es el impostor
que se ha hecho pasar por él, mientras que lo persiguen por medio mundo.
La película, como digo,
es bastante divertida. Algunas escenas con drones, recuerdan a “Spiderman:
Lejos de casa”. Tiene unos gags bastante buenos, y la narrativa no se hace muy
pesada. El contraste de los dos personajes principales, es, quizás, lo que más
engancha. Aparte de las palomas, claro.
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